Hace un par de meses se dio en Barcelona -"la mejor tienda del mundo" como se autopromociona- una discusión que involucró a los residentes "de toda la vida" y los "nuevos catalanes". El centro del debate era la lenta pero constante concentración de almacenes cuyos propietarios son origen asiático, especialmente chinos, en una céntrica zona de la ciudad. La primera noticia que salió en los medios se referia a una recolecta de firmas que organizaron los propios vecinos para pedirle al ayuntamiento que prohibiera la apertura de nuevos locales "de chinos". Esta petición se basaba en que, según los vecinos, la identidad del barrio se estaba perdiendo. Es decir, que el bar, la carnicería o la peluquería que desde hace un par de décadas estaban en el barrio estaban dando lugar a la aparición de almacenes con productos de manufactura china o especializados en productos alimenticios de ese país. La respuesta que dio el ayuntamiento fue que ellos no podian restringir la implantación de nuevos locales en función del origen de sus propietarios, siempre y cuando cumplieran con todos los requisitos legales.
En torno a esto, se han escuchado diversas opiniones. La que quizás fue más difundida es la que argumenta una posición racista por parte de los vecinos al pedir que se nieguen licencias para abrir nuevos locales comerciales regentados por chinos. A primera vista es un argumento válido (considerar racista la petición), sin embargo también es interesante profundizar un poco más en este sentido, pues de como se enfoque esta situación, dependerá el manejo que se le dé a situaciones similares en el futuro. Para entender un poco lo complejo del problema, me gustaría poner un ejemplo de las quejas que tienen los vecinos:
Una señora que entrevistaron en televisión decía que una vez que iba por la calle frente a uno de estos almacenes cuando uno de los trabajadores escupió a la calle y casí le cae a ella en sus zapatos. El escupir en la calle es una costumbre bastante extendida en China y que no se considera extraña. Me imagino que para ellos la costumbre española que en el medio de una comida se limpien la nariz sin ningún disimulo ni en el gesto ni en los sonidos es para ellos igual de agresivo. Si un hábito diario es fuente de problemas, que puede pasar cuando se introduce la variable religión/creencias?....
Ante esta situación, cuantos de nosotros estariamos dispuestos a convivir en el medio de una comunidad en la cual corremos el riesgo que sin tener mala intención, nos escupan?... pero por el otro lado, a que se debe que los vecinos de otras zonas de la ciudad que tienden a una paulatina especialización de sus barrio (zapatos, informática, ropa...) no se han organizado para oponerse a esta dinámica?. La queja de los vecinos se dirije más a los dueños de los negocios o al tipo de negocio que hace que estén desapareciendo los "comercios de toda la vida"?.