martes, octubre 31, 2006

La última frontera

"Para ellos, la tierra se acaba allí donde está el último poblado cuyos habitantes hablan esa lengua que les resulta comprensible. Y ésta es la frontera de su mundo. ¿Y qué hay más allá de esa frontera?, preguntábamos. Más allá de esa frontera, decían, empieza otro planeta habitado por los nganguela, o sea, los no-hombres. Hay que guardarse muy mucho de esos nganguela porque son muchos, muchísimos, y hablan una lengua que no hay manera de entender y que les sirve para ocultar sus malas intenciones"

Esta descripción de la mentalidad de algunas tribus, la hace el jefe de un comando militar que estaba conformado por diferentes grupos tribales que combatían por la "libertad" (signifique lo que eso signifique) cerca de Luanda en 1974.

No comments.

Un día más con vida, Ryszard Kapuscinski. pag. 47, Editorial Anagrama, Barcelona, 2005.

Top 500

Tengo que ser sincero... no esperaba llegar a las 500 visitas en menos de tres meses. Es un número al que pensaba llegar algún día, pero lo veía tan remoto que en realidad no me lo creía.
Esta madrugada (hora española) pasó por acá la persona número 500. Venía de Colombia, Medellín más exactamente y se demoró 95 segundos.... a esa persona 500, mil gracias, a los que están por venir, espero seguir pu'aca.

Hasta dentro de otras n-visitas.

Ahh... y gracias al big-brother que es internet, este que está al lado es el mapa de las últimas 100 visitas. A propósito del pasado y futuro de la red (creo que en el mundo este del internet el presente es una utopía) les recomiendo ver este vídeo, que aunque es un poco largo (8 min. aproximadamente) vale la pena verlo. Es tan solo uno de los tantos futuros posibles que existen.

Proyecto EPIC: http://www.unabvirtual.edu.co/epic/

Gracias JM

lunes, octubre 30, 2006

Campañas políticas...

"The best argument against democracy is a five-minute conversation with the average voter"
W. Churchill

"Democracia: es una superstición muy difundida, un abuso de la estadística"
Jorge Luis Borges


El próximo primero de noviembre se celebran las n-simas elecciones de la que yo soy testigo directo en los cinco años que llevo en España. He visto -en mis casi 5 años de estancia legal y pagando impuestos aún no he votado para instituciones catalanas- elecciones para alcaldes, presidente de España, estatuto (una especie de "constitución" para las comunidades autónomas), presidente de Catalunya, constitución europea y no sé cuantas más. Con ese gran número de "fiestas democráticas" uno podría decir que la democracia funciona a las mil maravillas y que la voz del pueblo es tenida en cuenta de manera efectiva. Sin duda es cierto. Sin embargo hay algunas cosas que me dicen, como lo dije en una entrada anterior, que los números no siempre concuerdan con la realidad. Trataré de explicarme.

Entiendo que una, de las muchas, de las características de una democracia en buena salud es que los partidos que tienen escaños en el parlamento cuentan con garantías necesarias para hacer su campaña, pero esto no siempre ocurre así. En las Ramblas de Barcelona, sitio turístico por excelencia -y que cada vez más evoluciona hacia un nowhere-place- en este momento hay casetas de propaganda política de todos los partidos con representación parlamentaria menos de uno. Las razones que se dan, y que desafortunadamente no me parecen disparatadas, es que no la instalan porque al día siguiente amanecerían destruidas por grupos radicales. Estamos hablando de un partido que representa al 10% de la población, pero que por miedo a represalias no puede hacer en condiciones normales su campaña. Las ideas de este partido son radicales en cuanto a conceptos como "País", "Nación" o "identidad, pero como le escuché en las pasadas elecciones al ex-candidato a la presidencia de Colombia Carlos Gaviria: "lo radical no se puede confundir con el extremismo"; aunque por la forma que está tomando la democracia a nivel mundial esta diferencia desaparecerá, o por lo menos será más cómodo si se ignora. Si un partido que representa al 10% de la población, no puede hacer su campaña en condiciones normales, no es este acaso un síntoma que algo está mal?.

Ahora bien, si uno de los partidos "tradicionales" tiene problemas para realizar su campaña pre-electoral, que se puede esperar de los movimientos políticos que en un futuro quieren llegar al Parlamento?.

La televisión pública de Catalunya en honor al equilibrio de la información, tiene estipulado el orden y el tiempo que se le puede dedicar a cubrir las actividades electorales de cada partido en función de su representación parlamentaria: a mayor representación, mayor tiempo, no hay representación, no hay tiempo, es sencillo. Esta decisión hace que aquellos partidos con una propuesta diferente a los tradicionales y que todavía no tienen una representación en el parlamento, no tengan un espacio en el noticiero pues para tenerlo necesitan al menos un escaño. Es decir es un círculo en el cual difícilmente se puede entrar o salir (esto para fortuna de los que ya están en el círculo) y que, paradojas de la vida, se parece demasiado al proceso que tienen que pasar algunos inmigrantes para conseguir los papeles que les autorizan a trabajar.

En torno a este último tema, la inmigración, los partidos políticos han hecho muchas propuestas, o mejor, los partidos políticos se han lanzado mutuamente propuestas de toda índole sobre como manejarlo. Las propuestas, como en toda botica, para todos los gustos, pero al respecto ya habrá otra entrada. Por ahora, esperar a ver quien gana.


martes, octubre 24, 2006

Acerca de los números...

De entrada aclaro un par de cosas, no soy economista ni pretendo serlo, tan solo me gusta pensar que en la universidad me enseñaron a aplicar la ingeniería usando el argumento de algunos filósofos griegos que defendían que los números eran el lenguaje de la naturaleza. Pero la verdad, yo no he podido entender algunas cosas que dicen los números y en especial cuando son utilizados por la economía. Gracias a una noticia que me llegó hoy al correo comprobé algo: no entiendo los números. La razón es sencilla, no me cuadra ese lenguaje de la naturaleza, con la realidad que veo. Quizás la realidad habla un dialecto que no aprendí ni en el colegio ni en la universidad, y por eso no la puedo entender.

La cuestión es sencilla: la economía colombiana, según el DANE, a crecido un 6%; los medios de comunicación, sin incluir la televisión, han vendido más de dos millones de millones (billones) de pesos en publicidad; el petróleo tiene los precios por barril más altos de los últimos años; la inversión extranjera ha crecido sustancialmente. Es decir, los números me dicen que el país va bien por donde va. Sin embargo, cuando leo que el crecimiento del PIB de Sudán el año pasado fue del 8% -se espera que sea del 12% en el 2006- gracias, en parte, a que la inversión extranjera se ha multiplicado por más de 15 en los últimos seis años, y además que Angola, otra de las economías con el mayor crecimiento del mundo, espera un aumento de mayores proporciones, comienzo a dudar que los números pueden interpretar adecuadamente la realidad. Las crisis humanitarias de esos dos países destruyen cualquier posibilidad de decir que esos buenos números significan buena calidad de vida. En Angola a comienzos de año murieron ante el silencio y olvido mundial más de 3.000 personas por cólera y en Sudán los combates no cesan.

Si los números no son la respuesta, me queda lo cotidiano y para eso me remito al reportaje publicado por el New York Times, donde se describe como es la vida diaria en la capital de Sudán: ejecutivos educados en Cambridge con un Porsche a la entrada de su oficina, agencias de BMW donde se venden vehículos de 165.000 dolares, supermercados llenos de productos importados, Cocacola (que es importada como medicamento a causa del embargo que existe sobre el país por parte de Estados Unidos), hoteles de lujo, en fin, nada que envidiar a una capital de un país en desarrollo.

Después de leer la descripción de Khartoum (Sudán), no pude evitar pensar en lo mucho que se parecen a algunas zonas de las grandes ciudades colombianas. Zonas donde en torno a una botella de güisqui* -que con el salario mensual de un obrero difícilmente se podría pagar- se proclama a los cuatro vientos que el país va mejor, que la economía va bien y que los 3.3 millones de colombianos que aguantan hambre, o los 6.6 millones que reciben menos de 91.000 pesos mensuales son sencillamente "daños colaterales del sistema". El lema común parece ser: por fin encontramos el camino. Después de ver a Colombia reflejada en esa noticia, la intuición sobre mi imposibilidad de entender los números se vio confirmada.

Y ya para terminar, si alguien dice que la realidad colombiana no tiene nada que ver con la de Sudán, los invito a visitar cualquier pueblo del Chocó, o sencillamente las veredas de Cajamarca (Tolima) y se darán cuenta que tristemente hay muchas similitudes.

*esta palabra está aceptada por la Real Académia Española

(el periódico La Nación Latina publicó el 25 de Octubre esta nota en su sección de economía)

Quien lo creyera...

Hace un par de meses, cuando comencé a escribir este blog no pensaba tener muchas visitas, de hecho, el contador de visitas lo tenía de dos dígitos y al ver el crecimiento de las visitas me tocó actualizarlo a tres. Ayer lunes pasó la persona número 400 por este blog.

Como les digo, no esperaba tanta afluencia y de lugares tan diferentes. La foto que aparece es el origen de estas visitas y la verdad que esta diversidad me soprende. Yo esperaba que pu'aca pasaran algunos amigos cercanos, uno que otro familiar y Hortensia, pero sumando los unos y los otros no me suma las cuatrocientas visitas.

El visitante número cuatrocientos fue una persona de Vigo, se conectó a las 14:58 y se demoró 108 segundos.

A todos, gracias por pasar por aca...

jueves, octubre 19, 2006

Si yo fuera narco...

Si yo fuera un narcotraficante y quisiera transportar cocaína, tendría muy claras algunas cosas:

La primera, cambiarme de nacionalidad y preferiblemente por una de los países más consumidores a nivel mundial. Por ejemplo, España, que es el segundo consumidor del mundo.

La segunda, cuando tenga que transportar "la carga", para qué ponerse en la molestia transportar unos cuantos kilos, hay que pensar en grande!. La razón es sencilla. Si eres colombiano, además de la fila y requisa "preferente" que les hacen en los aeropuertos, y te descubren con droga, te meten en la cárcel por varios años. En cambio, si eres español y te pillan con cinco toneladas -no tengo ni idea de todo los millones que eso puede valer- el lío es más pequeño: vas a la cárcel por un corto tiempo, hablas con uno de los jueces "mediáticos" del país, pagas doce mil euros, te comprometes a ir a un juzgado que esté cerca de la casa (que fue comprada con el dinero de cargamentos anteriores)... y listo!!. Lo único malo es que te quitan el pasaporte y no puedes salir del país, pero bueno, la cosa no es tan grave, siempre se podrá conseguir otro, así sea falso.

Algunas miradas perdidas:

* Que las personas cuando se meten por la nariz la cocaína piensen que ese veneno no solo es un polvo blanco, sino el producto de un proceso muy largo y que a los colombianos nos cuesta mucha sangre, muchos secuestros y una inmensa pobreza.

* Que disminuya el porcentaje de jóvenes de 14 a 16 años de Barcelona que han fumado cannabis, la popular marihuana. Hoy ese porcentaje es del 36%.

martes, octubre 17, 2006

Producir o comercializar?...

"Un millón de colombianos se acuestan cada noche con hambre". Ese es el titular de uno de los diarios económicos más importantes de Colombia, propiedad de los primos o hermanos del actual Vicepresidente y del Ministro de Defensa de Colombia. Este titular no dice nada nuevo, nada que el colombiano promedio no sepa o tristemente, sufra en carne propia. Lo interesante, por tratarse de un medio con lazos tan cercanos con el gobierno, es la llamada que a manera de conclusión se hace al final del artículo: "es necesario que la alimentación encabece la lista de asuntos prioritarios en la agenda del gobierno". En el mismo diario se anuncia que el gobierno va a lanzar un programa para sacar de la pobreza a más de seis millones de Colombianos.

Hace poco leía que la dependencia de la economía colombiana de los bienes primarios se encuentra en torno al 60%* , y con la agricultura como uno de los reglones con más peso en este porcentaje. Es una cifra que puede ser debatida con más cifras, pero no se puede negar que la agricultura es vital en la economía del país, sino, como se explica que ese sea uno de los puntos más conflictivos en la agenda de negociación del TLC?. Como ya lo dije en este mismo espacio, creo que estamos defendiendo y conservando un sistema de producción que históricamente nos ha mantenido en el subdesarrollo. No propongo que se abandone este sector, sencillamente que se actualice a las nuevas tendencias globales. La agricultura es un sistema que para lograr beneficios crecientes, uno de los dogmas de la economía actual, debe tener una estructura piramidal: una gran base productora al servicio, y beneficio, de unos pocos. No es un secreto que las ganancias de este sistema económico están en la comercialización del producto final, no en su producción. Una estructura que se encuentra tanto a nivel global, con el precio de la cocaína, como a nivel local, con el precio del tomate en España donde el kilo de tomates vale tres veces más en el mercado que al pie del cultivo. De todas maneras, en los dos casos la peor parte la lleva el productor.

Mientras no se le de un valor añadido a la producción agrícola, Colombia seguirá siendo un gran exportador de alimentos, pero un exportador del hambre que se evita en los países desarrollados -muchas veces gracias a las irresponsables subvenciones que le dan a su sector agrícola. La relación parece ser sencilla: la comida va, el hambre viene.

Un par de miradas perdidas:

* Para acabar con el problema de la pobreza en Colombia: Que cada uno de los profesionales colombianos que están trabajando para universidades y centros de investigación de todo el mundo, incluyan en sus contratos que el 0.7% -lo que destinan los países desarrollados para proyectos de solidaridad- de las ganancias que produzcan esos proyectos, se destine para proyectos en Colombia. El país durante más de 15 años invirtió dinero en educar a estas personas y ahora, este dinero da sus frutos en la producción de patentes de productos que luego son vendidos en nuestros países.

* Crear un banco de las necesidades de los municipios para que los estudiantes de maestrías o doctorados en el exterior desarrollen sus investigaciones en torno a estos temas, y no, por ejemplo sobre el impacto de una carretera de montaña en un municipio de 100 habitantes en la Europa central. Cuantos estudios hemos hecho en nuestros proyectos de investigación sobre realidades que no tienen nada que ver con la realidad de Colombia?.

* Que alguien me explique como es posible que una de las despensas agrícolas de Colombia, y ser despensa agrícola de un país bendecido por la calidad de sus tierras significa mucha comida, el 24% de los niños menores de cinco años sufre desnutrición crónica.

* No puedo evitar mencionar a manera de paradoja, que la obesidad infantil es considerada como uno de los mayores problemas de salud de la infancia en los países desarrollados.

(el periódico La Nación Latina publicó el 19 de Octubre esta nota en su sección de economía)

viernes, octubre 13, 2006

Tiempos modernos...

En el transcurso de poco más de una semana se han publicado dos estudios relacionados con el tema de la inmigración en España. Uno en el cual se afirma que Cataluña necesita, para mantener su estructura económica, al menos un millón de inmigrantes durante los próximos quince años, y otro en el cual se concluye que los inmigrantes extracomunitarios, debido al tipo de trabajos que desempeñan, reciben un salario 30% más bajo que el promedio de la población.

El primero de estos estudios es, en apariencia, una buena noticia para todas las personas que están quieren venir a trabajar a España: hay mucho trabajo. Sin embargo el segundo describe las condiciones en las cuales van a tener estos trabajadores: salarios bajos y trabajos que los locales ya no quieren. Las imágenes que acompañan estos estudios cuando los anuncian en los medios de comunicación muestran el perfil del inmigrante que se espera que llegue: persona joven, con nivel de preparación media, saludable, sin hijos y dispuesto a trabajar en las primeras etapas de producción, aquella donde los salarios son más bajos. Un subsahariano recogiendo frutas bajo el sol, una latinoamericana que limpia casas, el marroquí o indio que tiene su almacén abierto los 365 días, todas son imágenes que acompañan la presentación de estos estudios en los periódicos y los noticieros.

Cuando vi estas imágenes me acordé de la película “Tiempos modernos” de Chaplin, y en especial de dos imágenes. Una, en la cual el protagonista está trabajando en una línea de ensamblaje al más puro estilo fordista, y que es igual a la cadena de empaquetamiento de frutas que acompañaba la presentación del estudio sobre la necesidad de inmigrantes en la portada de un periódico; y otra, donde Chaplin termina siendo una parte más de la maquinaria, como si su trabajo fuera ser el aceite que le permite funcionar. El parecido entre la realidad y la película, es, tristemente, más que evidente.

Hace unos cuantos meses, un amigo me comentó que tenia que ir al aeropuerto a recoger a un grupo de más de 15 ingenieros de alimentos colombianos que venian a trabajar como camareros en uno de los restaurantes de comida rápida más importantes del mundo. Las condiciones: vivienda pagada por la empresa el primer mes, un salario de 700 euros al mes y si se quedaban más de un año el pasaje de avión le salía gratis. No pretendo juzgar las razones que motivaron a estas personas a aceptar estas condiciones, por el contrario, me parecen absolutamente respetables y valientes. Donde quiero llamar la atención es el inmenso desperdicio de recursos que Colombia está haciendo al dejar ir lejos de sus fonteras a su capital humano mejor preparado, y lo peor es que una vez afuera somos sencillamente “aceite de la maquinaria”. Pero lo paradójico es que en nuestro país bien podríamos ser el aceite y el engranaje de la maquina que nos puede sacar del atolladero en que nos encontramos.

(el periódico La Nación Latina publicó el 13 de Octubre esta nota en su sección de economía)

miércoles, octubre 11, 2006

La vida de hoy...

"Los campesinos fueron expulsados de sus tierras y empujados hacia otras menos productivas, y las consecuencias medioambientales y sociales fueron parecidas a las que se temian en el pasado: las granjas familiares no podían competir con los latifundios, que utilizaban mano de obra prácticamente gratuita, y desaparecían embargadas o compradas a bajo precio por los acreedores. A los jóvenes no les quedaba entonces más remedio que alistarse en los ejercitos. En cuanto a las ancestrales propiedades comunales del campesinado, resultaron expropiadas por procedimientos todavía menos legales. Como en otras regiones, las tierras comunales pasaron rápidamente a manos privadas, que fue la situación que se intentó solucionar mediante una reforma agraria. Pero la reforma fracasó, las tierras comunales se perdieron, y el Estado se vio en la necesidad de apaciguar a las clases bajas disponiendo de repartos gratuitos de comida."*

La anterior no se refierere a la situación que se vive hoy en dia en cualquier parte del mundo, aunque bien lo podría ser. La anterior es una descripción del Imperio Romano en los tiempos de Claudio y Julio Cesar. Después de leerla no puedo dejar de preguntarme si en realidad vamos avanzando. Pues que diferencia hay entre la anterior descripción y lo que ocurre hoy en dia con los desplazados por la violencia en Colombia?, o los desplazados por la economía entre África y Europa?. Yo la verdad no la encuentro.

El mundo parece que estuviera montado en una bicicleta estática mientras no deja de peladear tratando de llegar a una supuesta meta. Cuando lo único que está logrando es agotar su energia y sus recursos a una velocidad cada vez mayor. Entre la primera piedra tallada hasta el primer hierro colado se necesitaron casi 3 millones de años; desde el primer hierro hasta la bomba de hidrógeno, sólo 3.000*. El camino quizas no es ir en una bicicleta, sino ir caminando, quizas lleguemos más tarde, pero llegaremos. Ya lo dice la ranchera "no hay que llegar primero sino que hay que saber llegar".

*Breve historia del progreso. Ronald Wright, Ed. Urano. Barcelona, 2006. pp. 30 y 105-106

martes, octubre 10, 2006

Racismo o paranoia...

A continuación una serie de situaciones que he tenido la mala suerte de vivir en estos cuatro años y medio que llevo fuera de mi país y en las cuales he sentido que, por mi origen, he tenido un trato diferente, en pocas palabras, me he sentido discriminado. Las relato sin ningún orden cronológico y tal cual las vivi, o mejor, tal cual las recuerdo:

* Hace un par de meses hablando con un vecino me decía "desde que llegaron los sudamericanos y los moros a este barrio, las cosas no son lo mismo, hay más inseguridad". Como atenuante, tengo que decir que no estoy muy seguro de la salud mental de este vecino. Quizas se debe a que es el único que saluda amablemente cuando te lo encuentras en las escaleras.

* Reunión en el Palau de la Generalitat con altos asesores económicos del gobierno autonómico: "los inmigrantes son una amenaza para la cultura catalana. Vienen, no aprenden la lengua y luego se aprovechan de nuestro sistema de seguridad social". Cuando viví esta situación aún no había salido el estudio que dice que Catalunya necesita en los próximos 15 años, un millón de inmigrantes para mantener su estructura económica. Vamos a ver que es más importante la cultura o la economía.

* Jordi Pujol, presidente de la Generalitat de Catalunya por más de veinte años, dijo en una entrevista que era necesario "vigilar" el mestizaje, porque podría representar "el final de Catalunya".

* Estoy haciendo fila para entrar en un baño público y delante mío hay una pareja de ecuatorianos esperando. Llega una familia española completa (abuelos, padres y nietos) para hacer la misma fila. Al ver que alguien que está dentro del baño se demora en salir dice la madre española: "vamonos que con esta gente no se sabe cuanto se demora".

* En una discusión con varios compañeros de apartamento sobre tecnologías, me dice uno de ellos: "tu cállate, que vamos a hablar los inteligentes, no los latinoamericanos". Luego suelta una sonora carcajada como si fuera un gran chiste.

* En la estación de Plaza Catalunya, la más importante de Barcelona, hace un par de meses roce, sin querer roce el maletín de un pasajero llevaba colgado a la espalda. La persona se giró para mirar que ocurria. Al verme, y a pesar que le estaba pidiendo disculpas por el incidente, me miró de arriba a abajo como si estuviera aprendiendose mi cara, mientras no dejaba de revisar cada bolsillo y cada cremallera de su maletín.

* Con mi esposa mientras buscabamos apartamento para arrendar, y con el fin de obtener unas mejores condiciones, preferimos que ella como española llamara para preguntar precio, ventajas, localización, etc...

* Una pediatra de uno de los hospitales más importantes de España, me preguntó en un tono totalmente despectivo "y tu de que lugar del tercer mundo vienes?"... y luego "y allí tienen coches?".

También tengo que decir, que en mi caso, estas situaciones han sido, con inmensa diferencia, la excepción. Sin embargo, cuando estos "hechos aislados" pero similares a los anteriores le ocurren a varias personas de mi entorno, dejan de ser aislados y es necesario considerarlos en su conjunto.

Es racismo?... ... paranoia?...
ignorancia?... y si es ignorancia, quien es el ignorante?

lunes, octubre 09, 2006

No por ser paranóico...

Hace un par de meses intenté donar sangre. Un deber cívico que conjuntamente con el voto era de mi mis intenciones recién tuviera la mayoría de edad. He donado sangre varias veces tanto en Colombia como en España, sin ningún inconveniente. Sin embargo en esta ocasión no pude hacerlo. Incluso la donación de sangre tiene cambios cuando se introduce la variable "inmigración".

Aquellas personas que han donado sangre, saben que antes de la donación se tiene que rellenar un cuestionario con todo tipo de preguntas: "usa drogas?", "tiene una pareja sexual estable?", "está embarazada?" y cosas similares. En esta ocasión, después de rellenar este inmenso cuestionario y haberlo entregado a los encargados, me hicieron una última pregunta: "donde naciste?". Lo primero que pensé es que quería proponer un tema de conversación antes de clavar la aguja y el comentario siguiente iba a ser "todos los colombianos llevan el bailar salsa en la sangre" o algo parecido. Por supuesto, que como buen colombiano, le respondí con gran orgullo y una sonrisa en los labios: "en Colombia... porqué?". El encargado, sin asomo de curiosidad me responde: "no puedes donar sangre".

Por supuesto que mi sorpresa fue mayúscula y varias cosas se me pasaron por la mente. Me decía, entre otras cosas: "pero si yo no soy una mula y el invento de meterse cocaína por la nariz no es nuestro", "lo que faltaba, mi sangre no es tan buena o pura como la de los europeos" o "una prueba más del racismo creciente de Europa". En fin, muchas cosas se me pasaron por la cabeza, incluso consideré en levantarme de la mesa e irme indignado ante esa evidente prueba de discriminación. Sin embargo tomé aire, y me acorde de una frase que le oí a un amigo cuando se enfrentaba ante estos dilemas: "el que uno sea paranoico no garantiza que lo estén persiguiendo". Así que pregunté, sin ninguna sonrisa en los labios y con la mayor calma posible, la razón de esta discriminación. La respuesta fue contundente: "Un nuevo protocolo nos exige que para evitar la aparición de nuevos casos en España, y ahora es necesario hacer la prueba de chagas a todas las personas nacidas de México para abajo, pero eso te lo diremos en un par de meses, cuando completemos un paquete de 100 muestras". Al final me deje tomar la muestra para hacerme la prueba y hace una semana me llegó el certificado que no soy portador.

El camino que tomamos muchos de los que inmigramos y nos enfrentamos a situaciones como la anterior, es decir cuando por nuestro origen nos dan un trato diferente, es culpar a la ignorancia que tiene la sociedad frente a lo que le es extraño. Es evidente que los inmigrantes muchas veces cargamos con el miedo de la sociedad que nos recibe ante lo que es diferente, y aunque muchas veces ese miedo e ignorancia es una realidad, en otras somos nosotros los que pecamos al hacer una lectura rápida de los hechos.

La inmigración en un país como España, que hasta hace poco fue de emigrantes, es un fenómeno reciente y ni los medios ni los políticos saben como enfrentarse a esa nueva situación, y muchas veces como reacción actúan con miedo y recelo. No estoy justificando la discriminación, por el contrario, yo he tenido que padecer a situaciones en las cuales por mi color de piel o aspecto, el trato es abiertamente diferencial, y por lo tanto conozco en carne propia lo que significa esa discriminación. Sin embargo mi autocrítica es en el sentido de la facilidad con que le echamos la culpa al otro, cayendo de esta manera en un círculo vicioso del cual es muy difícil salir.

Este miedo a lo diferente lo encontramos en todas partes y en todos los países. En Colombia, y guardando las inmensas proporciones que existen, cuantas veces hemos preferido desviar nuestro recorrido, unos metros o unas cuadras, al ver un grupo de desplazados por la violencia que vende chucherias en nuestras calles?. Hasta hace muy poco Colombia era un país eminentemente rural pero, a pesar de eso, le tenemos miedo al que viene a la ciudad buscando un [supuesto] mejor futuro. Si en nuestro país, le tenemos miedo al que viene de unos cuantos centenares de kilómetros, que decir de estos países que tienen que aprender a vivir con los que venimos de miles de kilómetros?.

martes, octubre 03, 2006

TLC y otros "males" latinoamericanos...

Acabo de llegar de un viaje a la “nueva Europa”, la Europa que estaba al otro lado de la cortina de hierro. Estuve en Polonia en un congreso de los responsables de urbanismo de las ciudades más importantes de Europa con el fin de discutir temas como inmigración o el crecimiento del tráfico. Me llamó la atención que mientras se discutían estos temas, que pueden ser catalogados como “tradicionales” dentro del urbanismo, un tema central se dejo a un lado, quizás por considerarse demasiado abstracto o por ignorancia de los asistentes: la sociedad del conocimiento y la ciudad. Una sociedad que nace con el siglo XXI y que gira en torno a los bienes intangibles, a la producción de conocimiento y las patentes. En este escenario la ciudad deja de ser un espacio de intercambio de bienes físicos, y se convierte en un espacio de acumulación y distribución de conocimiento. El futuro de la ciudad en un mundo globalizado estará más cerca de parecerse a un inmenso disco duro, al que nos conectaremos –o desplazaremos, que es lo mismo- cada vez que necesitamos intercambiar información, y no a un inmenso mercado de bienes materiales. El mundo ya no gira en torno a los mercados, sino en torno a los centros de educación e investigación.

De la ciudad en donde se celebró el congreso me sorprendieron dos cosas, la primera, el estado de deterioro de la ciudad en su conjunto: fachadas deterioradas, andenes irregulares y un tranvía en condiciones lamentables. La segunda, la gran cantidad de proyectos de renovación urbana en cada barrio y una actitud abierta de los locales frente al extranjero reflejada en un alto nivel de inglés de los locales. Se podría pensar que el ser vecino de uno de los dos motores de Europa condicionaría el aprendizaje del alemán como un segundo idioma pero no había anuncios promocionando cursos para aprender francés o alemán. Todas las academias anunciaban el inglés como el idioma del futuro.

A partir de las conversaciones con los responsables de la ciudad pude percibir una actitud positiva y no autoflagelante frente a la oportunidad que representa su ingreso a la Unión Europea. En lugar de estar temerosos frente a los posibles riesgos en este ingreso, son concientes que las ventajas son mayores, y que para aprovechar las oportunidades, es necesario modernizar tanto sus infraestructuras físicas, como su sistema educativo, y esas son las líneas en las que están trabajando: remodelación de fachadas, construcción de bibliotecas, centros lúdicos, actualización de las universidades y centros intermedios, redes de transmisión de datos,…

A diferencia de mi país, Colombia, los polacos ven su ingreso a la UE como una gran oportunidad y concientes de sus debilidades, se están preparando para afrontar el reto. En Colombia, muchos nos echamos las manos a la cabeza cuando pensamos en el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Ponemos el grito en el cielo cuando se oye decir que los recursos naturales van a ser explotados y nos vamos a quedar sin nada; que los grandes gremios agrícolas como el del arroz, van a resultar los más perjudicados; que Colombia se va a llenar de “vacas viejas” como lo anunciaba en un titular un periódico. En conclusión, el TLC es un paso adelante hacía el apocalipsis. Sin embargo, no he visto que levantemos nuestras voces para expresar nuestra preocupación frente a la carencia de planificación en lo que realmente nos va a dar un sitio en la sociedad del conocimiento: la educación. Parece que nuestra miopía y un exacerbado patriotismo tan solo nos permite ver la inmensa riqueza de nuestro patrimonio natural, pero nos tapa una realidad: las materias primas y los recursos naturales en el mundo de hoy en día tienen un peso mínimo en la economía global. Quizás si pensamos que la mitad de la población conjunta de los 34 mayores exportadores de petróleo del mundo en vías de desarrollo vive en la pobreza absoluta (*), entenderíamos que los recursos naturales son "pan para hoy y hambre para mañana".

Latinoamérica está desapareciendo del mercado global y mientras tanto nosotros seguimos admirando la maravilla de nuestros paisajes, de nuestros recursos, pero no hacemos nada para estudiarlos, aprovecharlos y darles un valor añadido. Por supuesto que esos recursos naturales hay que cuidarlos, pero desgraciadamente no sabemos como hacerlo. Estamos defendiendo una economía que nos ha tenido en la cola de los niveles de desarrollo, mientras que muchos países ya se dieron cuenta que el más grande peligro que trae la globalización, es el no estar listos para aprovecharla y se preparan para ello.

(el periódico La Nación Latina publicó el 4 de Octubre esta nota en su sección de opinión)

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