viernes, agosto 31, 2007

Dia del blog

Esta entrada, como ejemplo de la interconexión de esta "red de redes", ha sido escrita a 8 manos y por personas de tres países diferentes (México, España y Colombia), desde Blog Responsable, sitio donde colaboro desde hace un par de meses.

Es una entrada donde desde diferentes visiones se recomiendan sitios, todos muy diferentes entre si, con ocasión del "día del blog". En lo personal, más que una celebración, creo que es una ocasión para recomendar, blogs donde se pueden encontrar (o perder!) ideas, buscar inspiración o sencillamente pasar un buen rato.

A continuación, las recomendaciones.

omchamat
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Oscar Chamat, nuestro colombiano que tan bien se ha integrado en Cataluña y pero sin olvidar sus raíces nos recomienda:
  • Los sonidos invisibles. Un blog que aunque es nuevo se ha enfocado en recuperar parte de la cultura colombiana que muchos hemos olvidado: la herencia cultural que nos dejaron los esclavos negros en Colombia. Un blog para conocer lo que es una fusión de culturas.
  • Sociología para novatos. Aunque no se actualiza desde agosto, una forma de ver la sociología desde otro punto de vista. Aunque centrado en temas colombianos y a veces franceses, sus temas se aplican a cualquier país: encuestas políticas, la "verdad" de los políticos, el imaginario colectivo...
  • Iconoplasta: No a todo. Un blog recientemente descubierto, todavía sin poder entenderlo del todo, pero que cuando lo visito, me siento bien. Tiene un poco de música, de poesía, de imágenes, de angustias existenciales (y cotidianas).... de todo un poco...
Por su parte, Rosa Alonso, nuestra espontánea e impulsiva colaboradora, recomienda lo siguiente:
  • Escolar.net. Un blog básico de actualidad diaria, imprescindible. De lectura indispensable diaria y seguido por miles de bloggers.
  • MarcVidal.cat. Sobre la política y economía de Cataluña. Reflexión profunda y espacio abierto de debate donde trascienden todas las opiniones.
  • Lo que me toca los cojones. Su nombre lo dice todo... Para reir un rato y observar las maravillas que el Photoshop nos proporciona.
Mayli López, nuestra insigne maestra mexicana en RSC, nos hace tres propuestas muy educativas:
  • Bandatzmaru. Trata de arte alternativo y de mangas... me gusta además porque está hecho por jóvenes y se me hacen interesantes los comentarios
  • Los relatos de Banda... En este caso son cuentos hechos por un joven ingeniero... bastante creativo por cierto.
Finalmente, F. Xavier Agulló, el director de Blog Responsable, parece que quiere compartir algunos secretos:
  • El escaparate de Rosa. Espacio con trucos para blogs de donde se han obtenido muchos de los trucos y mejoras implantadas en Blog Responsable.
  • Hackosphere. Pues de donde se han sacado los trucos que no se han sacado del anterior.
  • INDESINENTER... El blog de un antiguo y feliz compañero de trabajo a quién gusta "pesar las opiniones y no contarlas", y que no se corta ni un pelo, y que aunque a veces no estoy de acuerdo con lo que escribe daría mi vida (bueno, un cachito) para que pudiera seguir haciéndolo.

viernes, agosto 24, 2007

¿Ver o sentir?

En sus caras se lee cierta estupefacción alelada (fenómeno de la boca abierta, típico de los norteamericanos). Es obvio que se encuentran delante de objetos visuales fuera de lo corriente, complejos, que les resulta difícil descifrar.
Michel Houellebecq, El mundo como supermercado. Pag. 54. Ed. Anagrama, Barcelona, 2005.
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Barcelona, para mala fortuna de los que la habitamos, se ha convertido en una ciudad eminentemente turística. Los vuelos baratos que vienen de países con mayor renta adquisitiva, vomitan diariamente su cargamento de hormonas con piernas y una cerveza en las manos -adolescentes que vienen a pasar su semana loca. El "turismo de borrachera" como se le ha denominado a este fenómeno, se ha ido instaurando cada vez más en la ciudad y se buscan maneras de cambiar esta tendencia, pero soy pesimista en que esto se pueda hacer. Por la abundancia de ese tipo de turistas, la persona que viene sencillamente a ver, y en algunas ocasiones a aprender, de la oferta cultural de la ciudad (Gaudí, Picasso, Mirò, el increíble Cerdà...) es fácilmente identificable. Se le reconoce por su paso un poco más pausado, a fin de cuentas la fachada de la Pedrera o la casa Batlló no se cierra mientras que los bares si. También se le puede identificar por su mirada un poco perdida buscando indicaciones sobre como ver y entender lo que tiene al frente y sobre todo, por su cámara digital y su dedo listo para no perder la imagen (ojo, digo imagen y no momento). En conclusión, esta mezcla entre sobrios y borrachos, entre hormonas exacerbadas y experiencia acumulada, entre el libertinaje y la tranquilidad, es un excelente observatorio de la fauna humana. Si bien es cierto que en lo que se refiere al comportamiento humano es imposible generalizar, si que se pueden observar ciertas tendencias en lo que se refiere a la forma en que nos estamos relacionando con lo que nos rodea, y los turistas pueden ser un buen caso de estudio para reconocer esas relaciones.

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Cuando una persona deja por unos cuantos días los formalismos y encasillamientos que le impone su rutina diaria y se deja de llamar "trabajador" para llamarse "turista", se siente casi obligado a sentirse libre: a vestirse como quiera, a dormir como quiera, a fotografiar sin vergüenza lo que ve cada día pero que nunca se había fijado... todos hemos sentido esa libertad que dan las vacaciones. Creo, sin embargo, que esa libertad nos ha llevado a vulgarizar, ni siquiera banalizar, lo que nos rodea, pero lo que realmente me preocupa es que esa vulgarización sea un reflejo de lo que somos en realidad. Como cuando un niño pequeño sabe que no lo ven y hace lo que siente, así nos comportamos cuando nos enfundamos el traje de turistas. El niño (por no decir adulto) cuando se siente libre muestra lo que verdaderamente tiene en su interior.

En este periodo vacacional he visto que en los sitios más turísticos todos parecen desesperados por tomar una foto de cada detalle, de cada cosa-bonita, se siente una angustia colectiva de pensar que el paisaje se pueda acabar y no se pueda hacer la foto correspondiente. En esas ocasiones siento que si en el día del fin del mundo se permitiera tomar fotos, todos nos pelearíamos por la mejor posición para tomar la mejor foto. No importa que nadie las vaya a ver, lo importante es la foto, no el momento. Quizás, y me avergüenza decirlo, hemos delegado nuestra infinita capacidad de guardar recuerdos a la cada vez más grande capacidad de almacenar fotos que tienen las cámaras de hoy en día, y lo que es peor, es posible que hayamos perdido la capacidad de sentir el paisaje por tener la posibilidad de verlos. Hemos anulado los cinco sentidos para quedarnos tan solo con el de la vista y muchas veces ni nos preocupamos de observarlo con calma. Creemos que tenemos tanto que ver que pasamos por alto los detalles y nos olvidamos sentir, sencillamente sentir lo que tenemos frente a nosotros. Sentir el silencio o el sonido de lo que nos rodea lo hemos dejado a un lado por concentrarnos en tomar "La Foto". Muchas veces frente a un paisaje, urbano o natural, ya no escucho: "que bonito paisaje", "que bonita fachada", "que formas tiene el árbol", escucho "que buena foto". Que tristeza. Seguramente los guías de estos grupos ya no dicen "parada para disfrutar del paisaje" sino "parada para tomar fotos".

Cuando los turistas de los países desarrollados van a África se sorprenden de ver que allí las personas pueden pasar horas y horas mirando al infinito sin hacer nada. No pueden (podemos) entender que la gente sencillamente observe, calle y se quede quieta. Se califica la virtud de la contemplación y la espera, como un defecto, como algo que hay que evitar a toda costa. En cambio, el desarrollo ha permitido "corregir" ese error transformándolo en la perversión de reducir la complejidad del mundo y su belleza a una experiencia únicamente visual. ¿Acaso es posible que una foto abarque la complejidad de sentimientos que tiene un iceberg en una playa de arena negra, entender la obra de Cerdà o la compleja belleza de Gaudí?... yo sinceramente lo dudo. El sentir la nada, escuchar el silencio, oler el vacío, ver el infinito y saborear la soledad, lo hemos sacrificado por buscar la mejor foto. Es cierto que una imagen vale más que mil palabras, pero nunca valdrá lo mismo que una mínima mezcla de sensaciones.

Creo, sin embargo, que todo lo anterior es sencillamente un reflejo de lo que somos en nuestra vida "extra-turística", pues tenemos tanto miedo a sentir cosas nuevas, que la imagen nos protege; el concentrarnos en la imagen evita ver la pobreza de la casa o sentir la riqueza que tiene una sonrisa sincera. Sacrificamos toda sensación por la aséptica imagen. Antes la imagen inmortalizaba un momento, ahora sencillamente nos protege de despertar nuestros sentidos.

¿Al final todo esto no es quizás lo que hacemos en nuestra cotidianeidad? Vemos la vida a través de un objetivo y nos olvidamos que al otro lado es donde está la vida, donde debemos estar. Tomamos fotos para evitar acordarnos que quizás ya no sabemos utilizar los otros sentidos, y lo único que nos queda es juzgar al mundo, y sus personas, por su imagen, una imagen que jamás podrá resumir la riqueza de sensaciones del contacto físico.

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Espero, sinceramente, es más, deseo que esta entrada sea del todo falsa, espero equivocarme en todo y descubrir que no nos hemos olvidado de sentir. Sin embargo, no puedo evitar sentirme pesimista.

miércoles, agosto 22, 2007

Terremoto en el Perú

Para retomar este ejercicio de "perder la mirada", quería compartir con los lectores, esporádicos y frecuentes, de este blog, las reflexiones de un sacerdote español que desde hace 30 años trabaja en la zona afectada sobre el reciente terremoto que hubo en el Perú. Para las personas que estén interesadas en hacer donaciones directas no duden en contactarme y les envío el número de cuenta. Los proyectos que este sacerdote gestiona se llaman "casas de salud" y son centros donde hacen un trabajo maravilloso y sobretodo, efectivo, incluyendo asistencia, pero sobre todo, educación sanitaria (campañas de prevención tuberculosis, prevención SIDA…). El trabajo de este sacerdote es más que excepcional y les puedo garantizar que ningún euro será desperdiciado.

Yo tuve la oportunidad de trabajar en un proceso de reconstrucción después de un terremoto y he vivido en carne propia lo importante que es todo tipo de ayudas: desde la lenta y burocrática ayuda estatal, hasta la que ofrecen grandes ONGs (MSF, Acción Contra el Hambre, Caritas….). Pero también es muy importante la ayuda directa, la que no pasa por filtros de organizaciones muchas veces rígidas.

(puede que el texto sea un poco extenso, pero creo que la situación lo justifica)

omchamat

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Al perro flaco todo son pulgas (I)

Ayer en la noche escribí un correo electrónico para algunos de la familia, tratando de adelantarme a que en España escucharan la trágica noticia del terremoto en Perú y se alarmaran por mi suerte. Hoy, al abrir mi correo, una sobrina me había contestado con esa conocida frase: "Al perro flaco todo son pulgas". La comparación nos sirve para reflexionar sobre lo sucedido en este Perú al que quiero como propio pues no en vano he pasado en él más de la mitad de mis 60 años de vida e ir más allá. Seguro que mi sobrina se refería al Perú, "perro flaco", como país pobre. Sí, pero no sucede ni por casualidad, ni porque tenemos mala suerte, ni por la fatalidad del destino que siempre se ensaña con los pueblos pobres. No, muchos de los muertos en esta y en casi todas las desgracias naturales se deben justo a que ellos eran pobres… Así de simple.

El terremoto sufrido ayer por Perú fue de una magnitud muy fuerte y hubiera hecho muchísimo más daño si su epicentro hubiera sido en tierra firme en lugar de las profundidades del mar. Los cerca de 500 muertos reportados se hubieran multiplicado varias veces. Y si hubiera ocurrido cerca de Lima, con sus 9 millones y casi la mitad bajo la línea de pobreza, los muertos -sin ninguna duda- los contaríamos por decenas o centenas de miles…Ese mismo terremoto en Tokio, Nueva York o Madrid dejaría solo unas pocas personas muertas.

Nuestros países pobres no están preparados para ninguna de estas eventualidades, en buena parte porque no pueden; en otra por la desorganización y hasta por la corrupción de sus gobernantes que en lugar de prever desvían los gastos por caminos no muy santos.

Lo que tal vez mi sobrina no llegó a captar o insinuar (puede que sí) es que, al interior de los países, a "los perros flacos" -los pobres del Perú, los mas pobres de los países pobres- siempre se les pegan las pulgas chupando la poca sangre que tienen…

Mañana trataré de viajar a la ciudad de Ica, la que concentra el mayor número de muertos y en la que trabajé pastoralmente durante 10 años. Tal vez no pueda hacer mucho -si es que logro llegar- pero quiero estar con mi gente. Y ya se bien lo que me voy a encontrar: todas las casitas de adobe que con tanto esfuerzo cada familia logró levantar (después de haber vivido anteriormente en ranchitos o chozas de esteras, palos y cartón) estarán en el suelo. Será así en Ica, en Pisco, en Chincha, en Cañete (las ciudades más afectadas y que es posible ya les suenen por las dramáticas imágenes de la TV ). Las casas bien construidas, con ladrillo y cemento sobre una buena base, no suelen caerse, salvo raras excepciones.

Por coincidencia, en las semanas pasadas hemos estado leyendo, reflexionando y viviendo, con un grupo de unas 30 personas, la experiencia del libro de Job en la Biblia (ese personaje no tan paciente como suele decirse pues se rebela y fuerte llegando a maldecir el día en que nación y retándole a Dios a que le muestre si es culpable de lo que le ocurre). Y el problema central del libro es "cómo hablar de Dios desde el sufrimiento del inocente", cómo decirle a Job que Dios le ama cuando está hecho una piltrafa o cómo logrará Job no maldecir a Dios estando como está… La misma dificultad se nos plantea hoy en nuestros países pobres y frente a los más pobres de nuestros países: ¿¡cómo decirles que Dios los ama!? ¿¡y cómo ellos pueden sentir que Dios los ama!? ¿Cómo sentir en Ica que Dios ama a esos pobres que se han quedado sin sus familiares, sin sus casas, sin lo poco que tenían…?

Me tocará hacer la experiencia en vivo, con humildad y estoy casi seguro con alegría. Nunca olvidaré, en la misma Ica, cuando en otra tragedia -la inundación de 1998- yendo a ver cómo estaba la gente, con el agua por encima de la cintura una mujer dirigente de un comedor popular me abrazó y me dijo: "Padre, lo hemos perdido todo, pero estamos vivos, tenemos dos manos y empezaremos de nuevo". Y empezaron (perdón, empezamos), ellos yo… y Dios que nos llevó de la mano sin que a veces nos diéramos cuenta.

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Hice los 300 Kms de Lima a Ica por partes, quizás inconscientemente para ir asimilando la tragedia, que no por esperada es menor. Ya antes de llegar a Chincha, cuando la panamericana se acerca a saludar al mar, recibíamos el primer aviso serio: grandes grietas en la pista obligan al bus a sortearlas con lentitud. En Chincha la desolación es grande: escombros por todas partes, montones de muebles apilados en las calles, postes de luz en el suelo o apoyados en las casas y enormes colas de gente en las estaciones de bus –con bastante orden por cierto-…

Allí me encontré, en la Parroquia de Fátima, al palentino P. Santiago Calle, veterano ya de muchas batallas de solidaridad en el Perú. Fue el primer signo de esperanza: la organización. Con una parroquia bien organizada, laicos responsables y un sacerdote que sabe delegar sí se puede afrontar con éxito una tragedia de la magnitud de este terremoto: los encontré ya en plena faena, unos a rezar en los múltiples funerales, otros en el primer reparto de agua, otros clasificando los primeros alimentos que habían llegado y –lo más importante- cuadernos en la mano para anotar necesidades evaluadas, responsables por sectores y armar estrategias a corto y mediano plazo. El P. Calle, gran parte del tiempo al teléfono coordinando la solidaridad nacional e internacional.

-Santiago, ya te he visto, creo que más les distraigo que les ayudo, ¡ánimo! pero quería sólo pasar a saludarles"

-No es poco, José Mari, en estos momentos. Gracias.

S. CLEMENTE, UN PUEBLO FANTASMA

Siempre me lo pareció. Ubicado en pleno desierto, en ese pequeño otero frente al río Pisco y dando entrada a la provincia de Huaytará (Huancavelica) y al departamento de Ayacucucho, con un sol de justicia sobre él en los meses de calor, sin apenas árboles y flores… no es precisamente lo más atractivo a simple vista. Hasta allí daba mi segundo billete de bus, teniendo ya la referencia que, a corta distancia, estaba el punto más crítico del trayecto: el puente sobre el río Pisco medio en ruinas. Ya había pasado lo peor, el día anterior, con colas de vehículos hasta de siete Kms, pero aún me tocó caminar un buen trecho para coger una mototaxi que me llevara a casa de mis amigas las Dominicas del Rosario (españolas y peruanas). Constatación de la situación, saludo y aliento solidario y vuelta a la carreta, con "guardaespaldas" incluido, pues la situación estaba muy "picante" (había habido varios intentos de saqueo a los buses pero sobre todo a los camiones cargados con algún tipo de alimentos). En esos 300m hasta la carretera, volví a reafirmarme en lo de "pueblo fantasma", pero ahora por otra razón: el derrumbe de casas es horrible, cuadras enteras totalmente en el suelo y sin que hayan podido salvar casi nada. Pasé mucha vergüenza pidiendo por favor me dejaran tomar fotos y aceptando cabizbajo los acosos: "¿Es usted del gobierno? ¿De qué institución es? ¿Nos va a llegar ayuda?"

Crucé el puente despacito en mi tercer bus, viendo a un lado y otro las grietas en la pista y temiendo que aquello hiciera crac y cayéramos todos… y nada más pasar –como si el destino nos amarrara a ese pueblo fantasma- nos tocó esperar más de una hora. Como dicen por acá "nunca faltan los vivatos", los que se creen más listos o más hábiles y dos o tres camiones habían invadido el carril contrario y provocando un trancón que ni para adelante ni para atrás… ¿Y la policía? ¡Bien, gracias! Todos al otro lado del puente.

MI QUERIDA ICA, CUÁNTO DOLOR

Tras algún pequeño altercado en el bus por el sobrecosto de los pasajes (¡otra vez los vivatos descarados!) llegamos a Ica, capital del departamento y principal ciudad del mismo. Dejé en el camino, en la costa a Pisco, la ciudad más cercana al epicentro, la más afectada, según todos los informes, y con el mayor número de muertos (unos 365, y de ellos medio centenar en el templo parroquial mientras se celebraba una misa de difuntos…; entre los sobrevivientes el padre celebrante, encontrado casi dos días después agarrado a una columna y protegido por los escombros).

Ica volvió a recordar la tragedia de Enero de 1998 cuando se inundó completamente y de cuyos efectos devastadores algunos sectores aún no se habían recuperado. La gran diferencia ahora ha sido el costo de vidas humanas (las cifras oscilan entre 65 y 100). Recorriendo las calles a pie uno se pregunta cómo murieron tan pocos… y la respuesta que todos dan ¡la hora! Eran las 6.41 de la tarde y como el sismo fue tan largo dio tiempo a la mayoría a salir corriendo y librarse de los techos y paredes que caían.

Conversando con la gente se masca la tragedia, el dolor contenido, la resignación de muchos, pero también el coraje de volver a empezar. Las imágenes de gente sacando a la calle los escombros, derrumbando muros en peligro, improvisando lugar para comer y dormir… y tremendos gestos de solidaridad entre vecinos.

LO MEJOR Y LO PEOR

No cabe duda que en estos casos hay infinidad de gestos grandes de solidaridad y una gran dosis de nobleza (lo recogeré en otra crónica). Y al lado, lo peor de la tragedia, la parte oscura de la mente y el corazón humano.

Varios hechos que nos llaman a reflexión:

1) La siempre lenta maquinaria de la ayuda oficial y –peor aún- la improvisación repitiendo el consabido aprovechamiento para "figurar" y no buscar la eficacia. Escenas que vi, en la Plaza de Armas de Ica, de multitudes ante un par de camiones para luego pelearse por lo que dieran en lugar de entregarlo a la población organizada en los barrios, son el mejor ejemplo.

2) Las reacciones delincuenciales de la población: los intentos de saqueo en las entradas de la ciudad a camiones y ómnibus (que expresan sí, la desesperación de la población necesitada de todo, pero que no puede justificarse)

3) El aprovechamiento de todo aquel que tiene algo que ofrecer o vender y eleva los costos para lucrarse con el dolor. Algunos transportistas y comerciantes de todo tipo: desde cobrar un sol por un solo pan (antes daban 10 panes) hasta acordar un precio por 45 ataúdes para ser donados a Pisco y al ir a pagar pedir casi el doble…

4) Y, quizás lo peor, la balacera en las noches entre ladrones organizados en bandas y los vecinos y fuerzas del orden para impedir los robos. Da mucha rabia –se siente en la gente- que pueda haber personas con tan duro corazón para entrar a las casas destruidas y arrebatar a los indefensos ciudadanos lo poco que han salvado de la tragedia.

A través de estas luces y sombras, el Señor nos sigue hablando y nos sigue revelando sobre cómo quiere que construyamos su Reino. En la Parroquia del P. Santiago Calle estaban en una "Gran Misión" apoyados incluso por sacerdotes de Bolivia. Tras el terremoto él dijo a todos : "Ahora la misión va a consistir en mostrar cómo practicamos la solidaridad eficazmente" . Eje central en el Evangelio del Señor Jesús: nos jugamos ahí nuestra calidad de discípulos y misioneros, como se nos ha dicho en Aparecida-Brasil.

José Mª Rojo G.

miércoles, agosto 01, 2007

Cosas que me gustan de Barcelona

Aprovechando que este blog se toma dos semanas de vacaciones*, quería dejar una entrada propicia para la temporada de vacaciones. Hace poco hablé de las cosas que me llaman la atención de Barcelona, esos detalles cotidianos que al tener la mirada perdida mientras se mira la ciudad se hacen más evidentes. En esta entrada - que probablemente son las primeras líneas que escribí y que compartí por un medio virtual- quiero hacer un recopilatorio de las cosas que me gustan de esta ciudad. Son cosas absolutamente subjetivas y que por lo tanto son sujetas a discusión.Aprovechando que este blog se toma dos semanas de vacaciones*, quería dejar una entrada propicia para la temporada de vacaciones. Hace poco hablé de las cosas que me llaman la atención de Barcelona, esos detalles cotidianos que al tener la mirada perdida mientras se mira la ciudad se hacen más evidentes. En esta entrada - que probablemente son las primeras líneas que escribí y que compartí por un medio virtual- quiero hacer un recopilatorio de las cosas que me gustan de esta ciudad. Son cosas absolutamente subjetivas y que por lo tanto son sujetas a discusión.
  • Aquí desde el que vende los periódicos, la modista que pega los botones, el dueño de la cafetería de la esquina o la panadera del barrio se toman un mes de vacaciones (un mes seguido me parece demasiado, pero que personas que tienen esos trabajos puedan tener unas vacaciones así, me parece increíble).
    Corolario: No me gusta que un país se paralice como lo hace España durante el mes de agosto (desde hospitales hasta la administración pública, pasando por el comercio).
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  • Muchos documentales realizados y con poca difusión en Colombia se pueden conseguir más fácil acá.
  • Porque te puedes vestir y llevar el cabello como te da la gana (incluso, si quieres no te vistes y no pasa nada).
  • Porque un acoso sexual es un escándalo y no algo "típico y normal".
  • Porque los homosexuales y lesbianas se pueden tomar de la mano en la calle.
  • Por la red de bibliotecas públicas, donde prestan desde discos y películas hasta las obras completas de Mutis y todo en buen estado!.
  • Por los edificios modernistas eso si, sin turistas.
  • Por la posibilidad de convivir con colombianos y latinoamericanos de todas partes (Latinoamérica se me ha convertido en un pueblo grande).
  • Por conocer a gente no colombiana que, sin ninguna necesidad, siente los problemas de Colombia como verdaderamente suyos.
  • Por el rato tan divertido que nos hacen pasar los españoles el 22 viéndolos jugar a la lotería
  • Porque los buses paran en el paradero.
  • Por los parques sin paseo de olla ni pedazos de pollo en los parques.
  • Acá se se practica más que nunca el sagrado deporte colombiano: arreglar el país.
  • Por el pan con tomate.
  • Por las estaciones.
  • Porque uno va al hospital, te atienden y te pagan (gran) parte de los medicamentos (a pesar que algunas veces es demorado).
  • Porque uno llama a la policía y la policía viene, así sea para cosas que muchas veces me parecen ridículas.
  • Por el sistema de transporte público, que funciona y donde uno puede encontrar desde al obrero de construcción hasta un alto cargo político sentados uno al lado del otro.
  • Porque los políticos no van con una procesión de guardaespaldas.
  • Porque uno puede caminar solo en la noche y no se preocupa por mirar atrás.
  • Porque tiene sentido reciclar.
  • Porque existe una gran clase media (cada vez más amenazada, pero existe).
  • Por l'Eixample de Barcelona, la mejor obra artística que tiene la ciudad y a diferencia de muchas obras de arte, esta tiene una función y funciona! (sobre este tema hacer click aquí).
  • Por lo lejos que estoy de Colombia que me permite sentirla más cerca.
  • Por el colorido (¿artificial?) de las plazas de mercado.
  • Por la cantidad de librerías que hay por metro cuadrado.
  • Por los teléfonos públicos que casi siempre funcionan.
  • Por el idioma catalán (a pesar de todo).
  • Creía que existía una tolerancia hacia la diferencia, pero después de discutirlo con diferentes personas, tengo la sensación que eso es más un deseo y experiencia personal que una realidad.
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