lunes, agosto 04, 2008

Si fueran tan brutos...

Esta entrada ha ido y vuelto desde Suramérica. Jose María, un sacerdote español que realiza, entre otros proyectos, campañas para prevenir las enfermedades de transmisión sexual en Perú y que conoce Colombia relativamente bien, envió dos artículos relacionados con la liberación Ingrid Betancourt a una amiga mía española para conocer su opinión. Mi amiga, colaboradora esporádica de este espacio tiene la fortuna de conocer no una, sino dos Colombias. Me explico. Ella en su primera visita a Colombia conoció la realidad de nuestras cárceles dentro de un programa de salud dirigido a las mujeres reclusas y al día siguiente estaba disfrutando de las espectaculares vistas de un conjunto residencial localizado en el medio de uno de los mejores campos de golf del país. Las veces que ha vuelto no ha perdido la costumbre de conocer, visitar y aprender de cada una de esas Colombias tan diferentes. A su regreso, mientras me cuenta las historias de lo que ha visto, no me puedo dejar de preguntar ¿Cuantos de los colombianos tenemos la suerte de conocer esas dos realidades?...

Por ese conocimiento del país creo que su opinión resulta interesante, pues lo hace desde el cariño a una tierra que no es de ella y que la vive intensamente cada vez que la visita -y cuidado, no hablen mal de Colombia delante de ella!.

Los dos links a los que se refiere esta amiga mia son los siguientes: Un artículo de Antonio Caballero en la revista Semana a raíz del operativo de rescate de los secuestrados y una entrada en el blog la verdadera vida de un gerente que se convirtió en un "forward" por internet y que hasta hoy había tenido 180 comentarios!.

Gracias por su compañia.

omchamat

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Hola, Jose María!!

Bueno, muy interesantes los dos escritos que envías. Se lo reenvié a Oscar, para que te de su opinión como colombiano.

Yo te diré que me siento más afín al primer escrito que a la demagógica entrada del blog. Caballero plantea alternativas a la versión oficial, lo que creo necesario y saludable. Cita un comentario de Uribe, en que atribuye el rescate de los rehenes a "la luz del Espíritu Santo y la protección de Nuestro Señor y de la Virgen en todas sus expresiones" y dice que es “un milagro”. Con todos mis respetos hacia la religión, no creo que esas sean las palabras más adecuadas por parte del presidente en una situación como esa. Es decirle al pueblo lo que quiere oír, y me parece poco serio. Yo no sé cuál es la verdad sobre cómo se llegó al rescate pero, como te decía, considero saludable plantear otras opciones. Me parece prepotente que el ministro de defensa diga que el plan era tan audaz que los guerrilleros no podían ni imaginárselo, dando a entender que son brutos, los guerrilleros, esos individuos que llevan años en el monte sin que se haya podido acabar con ellos. No serán tan brutos, aunque sean tan brutales. En fin, me gusta Caballero porque desmitifica "la grandeza" de las instituciones colombianas, que si realmente fueran tan grandes y tan audaces -y además los guerrilleros fueran tan brutos- habrían liberado a TODOS los secuestrados y habrían acabado con esta terrible dinámica de secuestros y extorsiones. Creo que el verdadero milagro sería que se acabara con la polarización extrema de la riqueza, que en el campo no hubiera tanta miseria (debida a que los que allí viven cada vez son menos propietarios de sus tierras y de sus vidas) y que terminara esa situación de miseria y abandono y falta de educación, de las redes familiares y sociales que favorecen a que los niños se vayan al monte a buscar lo que no encuentran en sus hogares. Y que se conviertan, en parte a causa de esto, en secuestradores. Y que el monte y el narcotráfico se conviertan en su modo de vida, porque no tuvieron oportunidad de conocer algo mejor ni fortaleza suficiente para buscarlo.

En fin, los milagros de verdad serían otros, no esta liberación, de la que me alegro profundamente.

Respecto a la entrada en el blog, me parece injusta. Comprendo su rabia, pero el escrito me parece demagógico y simplista. Según su forma de ver las cosas, nadie que viva cómodamente tiene derecho a luchar por un mundo mejor. Ingrid habla de justicia social desde su lujoso apartamento parisino... mientras los soldados de a pié tienen que hacer magia para subsistir ... y comerse una salchicha. Ese discurso, aunque lo comprendo, me parece infantil (más bien adolescente). Según esa norma, no existirían ONGs, ni siquiera algunos sectores de la iglesia, que luchan por un mundo mejor desde su vida llena de comodidades. Según esa idea, yo misma soy una impostora por montar una pequeña ONG, teniendo en cuenta que tengo una vida acomodada y fácil y la nevera llena de salchichas.

Creo que el mundo está mal hecho, pues no es justo que se hable tanto de Ingrid y no se hable tanto de los otros secuestrados, los anónimos, los soldados y policías, la gente de a pie. En esto estoy totalmente de acuerdo con el autor del blog. Pero ya que el mundo está mal planteado, vamos a aprovecharnos de eso y sacar el máximo partido de la situación. Ingrid, injustamente "única" protagonista, tiene la capacidad mediática que no tiene un colombiano de a pie para dar a conocer el problema de Colombia. Y además, por su particular visión de las cosas, tiene la capacidad (y la responsabilidad) de mostrar al mundo lo que pasa en Colombia, que no es sólo lo que el Estado quiere mostrar. No son sólo los secuestros de los demonios de las FARC, son muchas otras cosas, son la corrupción del gobierno, sus vínculos con los paramilitares, son las barbaridades que unos y otros hacen. No sólo un bando, sino los tres bandos, pues el propio ejército ha participado en actos de los que no debería sentirse orgulloso. Como en las Comunidades de Paz, que se declaran neutras y ajenas a guerrilla y paramilitares, pero tampoco quieren la "protección" del ejército ni del estado. Pues los paramilitares y, según los habitantes de las comunidades, también el ejército, están asesinando a sus líderes, gente que se declara en contra de las armas y la violencia. Según Aministía Internacional, hasta el 2007 habían sido asesinadas 160 personas en una sola Comunidad de Paz.

Colombia es complicada, yo alcanzo a comprender sólo un poquitito, Tengo la suerte de verla a través de un colombiano que adora a su país y me ha contagiado ese sentimiento.
No creo que nadie tenga la solución para ese hermoso país, aunque he conocido a un par de excelentes colombianos que me han dado muchas esperanzas al respecto, y a los que me gustaría clonar....(!!)

Pero creo que la solución no pasa sólo por los ejércitos y la seguridad y, desde luego, no pasa por los milagros y la luz del espíritu santo, por mucho que eso consuele al colombiano de a pie.

Quizás sea un atrevimiento opinar sobre Colombia desde mis cómodas Europa y España, que además, comienzan a criminalizar a todos los que no vengan este viejo continente. Diría que, más que viejo continente, Europa comienza a ser anciana (y con Alzheimer!).

Mi vergüenza por ello.

Hortensia Vallverdú
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