martes, diciembre 27, 2011

Un viejo que leía novelas de amor

Fuente: http://ensusbolsillos.blogspot.com/
Un pequeño extracto de un libro que me ha sorprendido mucho por su sencillez, por su belleza y por su profundidad.
"... Llegaban en grupos bulliciosos portando armas suficientes para equipar a un batallón, y se lanzaban monte adentro dispuestos a acabar con todo lo que se moviera. Se ensañaban con los tigrillos, sin diferenciar crías o hembras preñadas, y, más tarde, antes de largarse, se fotografiaban junto a las docenas de pieles estacadas.
Los gringos se iban, las pieles permanecían pudriéndose hasta que una mano diligente las arrojaba al río, y los tigrillos sobrevivientes se desquitaban destripando reses famélicas.
Antonio José Bolivar se ocupaba de mantenerlos a raya, en tanto los colonos destrozaban la selva construyendo la obra maestra del hombre civilizado: el desierto"
Pag. 60. "Un viejo que leía novelas de amor". Luis Sepulveda. Editorial Tusquets. 70a edición, Junio 2007.
Ahora, en tiempos donde la contaminación por un vertido de petroleo de las costas Nigerianas, a duras penas y con gran esfuerzo se puede encontrar en las noticias. Ahora cuando las grandes compañías auríferas ponen y quitan gobernantes aquí, allí y más allá. Ahora cuando para extraer carbón se plantea mover 26 kilómetros parte del cauce del único río que hay en amplia zona del norte de Colombia. Ahora cuando la civilización llega a esos territorios pobres en dinero, pero millonarios en recursos minerales. Ahora es cuando las palabras de Antonio José dichas en relación a la desaparición de la selva amazónica y su referencia al desierto como obra maestra del hombre civilizado cobran como total vigencia.

En un cuento de Borges el desierto se presenta como el más grande y perfecto laberinto que jamás ha existido. Sin embargo, mucho me temo que la angustia de las próximas generaciones consistirá en tratar de encontrar la puerta de salida de este laberinto que hemos construido.  Pero no. Será demasiado tarde, este laberinto no tiene ni puertas, ventanas ni techo. No tiene nada. Lo es todo.

jueves, noviembre 10, 2011

30 libros, 30 razones (3)

  3. Uno que sea un placer culposo

Apenas van tres entradas de este listado y ya me encontré con la primera razón con la que no se me ocurría ningún libro relacionado. El motivo es sencillo, libros que me hayan dado un momento de placer, muchos, libros que me sintiera culpable de leerlos, no tantos, pero libros que me hayan producido culpa y placer al mismo tiempo, no logré encontrar ninguno. 

Creo que esto se debe a que yo relaciono un “placer culposo” con, por ejemplo, el placer que me da ir a la champañeria de Barcelona, un sitio donde el nivel de colesterol y de sal en tu sangre se dispara mientras te comes un bocadillo de chistorra con mostaza picante y lo acompañas de un vino burbujeante de calidad ligeramente superior al vino “cariñoso” de Colombia. Pero comer allí me produce esa sensación única de combinar en sus justas proporciones la culpa y el placer. En Colombia serían los perros calientes callejeros a las 3 de la mañana, o una sesión de 30 minutos de comer empanadas fosforescentes, acompañados de ají y colombiana bien fría. Para mí esas experiencias son las que me producen placeres culposos… libros, la verdad, que ninguno. 

Sin embargo, ese placer si lo siento cuando leo “revistas del corazón” –y no sé si esas revistas pueden ser catalogadas como libros, pero creo que sí podrían ser un género literario-. Estas revistas se dedican a publicar los trapos sucios (en sentido literal y metafórico) de cualquiera que aparezca en la televisión, que pueda insultar a cuatro personas en 30 minutos y que demuestre una capacidad innata de volverse agresivas cuando le muestran que miente o que puede estar mintiendo. Claro que también introducen en sus “reportajes” especiales: engaños maritales, padres negando paternidades, mujeres acusadas de cualquier cosa o jóvenes de ambos sexos que dicen haberse acostado con famosos (principalmente futbolistas)… todas esas minucias se refieren tanto a famosos locales o famosos que solo son conocidos en otros países, pero que por el hecho de ser famosos allí lo pueden ser aquí. Si lo reconozco, me gustan las “revistas del corazón”. Eso si, como cualquier lectura que se respete, tiene su tiempo y su ambiente. Estas revistas solo las leo en las peluquerías cada vez que tengo que esperar pacientemente que las tijeras cumplan su función.

Cuando las leo, a pesar del gusto que me producen, a veces no puedo evitar indignarme de lo que allí se cuenta y mover mi cabeza de lado a lado, en un intento de negar lo que allí cuentan o avergonzarme de lo que me estoy enterando. Más de una vez la peluquera me ha dicho “no se mueva tanto” y creo que alguna consecuencia ha tenido el corte de pelo. Pero eso no ha sido razón para dejar de buscar este tipo de revistas cada vez que entro a una peluquería. Es más, si no las veo disponible las pido. En una ocasión cuando las pedí la persona que me atendió me dijo que si no quería “revistas para hombres”, yo sorprendido, le respondí “y cuales son”?... me mostró “muy interesante” y “GH”… ante esa demostración de contundencia intelectual, no me aparte de mi gusto y pedí mis queridas revistas del corazón. 

Si, esas lecturas son para mí un delicioso placer culposo…

***

P.S. Lo curioso de leer estas revistas, es que a pesar de lo que yo disfrute su lectura, de lo mucho que me indigne o de lo patético de cualquiera de los reportajes que hubiera podido leer, en el 99% de las veces, una vez fuera de la peluquería y al llegar a la esquina, ya se me ha olvidado todo. Incluso aquella noticia que me hubiera gustado guardar en la memoria para comentarla en este blog. Me imagino que algo de "instinto de limpieza mental" es la que hace que mi memoria se cuide así misma de lo que yo le quiero dar.

jueves, noviembre 03, 2011

De prejuicios y dioses de supermercado


Llego a un supermercado, no importa el nombre, no importa el lugar. Podría pasar al lado de tu casa y de la mía. Hace frío afuera y gracias a la lluvia tengo frío. Dentro del supermercado, como no puedo evitar pasar por la sección de congelados, el frío se hace más intenso. Lo único que pienso es en algo caliente que me estimule el espíritu. El Dios de los supermercados –en todas partes hay un Dios – me pone al final del pasillo de los embutidos a una agradable señora encargada de atraer nuevos clientes  regalando pequeñas muestras de butifarra artesanal. 

Mientras mi alma elevaba una oración de agradecimiento al Dios de los supermercados por darme esta oportunidad de no perder la fe. La señora, con una sonrisa bastante cercana a la sinceridad, comienza a explicarme en su idioma las ventajas del producto. No me mira a los ojos pues mientras me habla, ella está concentrada en un señora que pasa por mi lado muy interesada en el producto. Que no me mire, no me molesta, es más, me alegra que no se dirija a mí, así puedo continuar rezando y disfrutando de como el frío remite de mi cuerpo. Una vez que la posible clienta después de haber visto el precio del producto, sigue de largo, la señora que el Dios de los supermercados me había puesto en mi camino, me mira por primera vez a los ojos. Y ohhh sorpresa. Mi no-se-qué que siempre me convierte en “sospechoso” de no haber nacido a pocos kilómetros de esta ciudad, sino a miles de kilómetros de aquí, hace que la señora, en una misma frase cambie de su idioma nativo al mío. Y lo hace con una mirada y un cambio de tono de voz que lo primero que pensé era que me pedía disculpas por dirigirse a mí en un idioma que, en teoría, yo no debería conocer. Yo no sé si agradecerle por el gesto de cambiar de idioma o por la butifarra.Con la boca medio llena, sonrio y sin decir nada, sigo mi camino.

Gracias a Dios y a la butifarra, el frio es menor. Sigo caminando hacia la sección de vinos, hoy tengo una cena familiar y cualquier vino no sirve. Pienso en las razones que tuvo la señora enviada-por-Dios para cambiar su idioma cuando se fijó por primera vez en mi. Mi reacción inmediata fue de una pequeña y molesta rabia. ¿Acaso ella piensa que únicamente por mi no-se-qué de inmigrante me hace incapaz de entender su idioma? ¿Acaso ella no sabe que soy, como dicen algunos exámenes fully competent en su idioma? ¿Acaso no sabe que yo trabajo, hablo y escribo en su idioma?.
La primera respuesta a esas preguntas hace que la rabia no sea más grande, pero si más molesta. Dejo esas reflexiones al lado, debo concentrarme en el vino rioja reserva de 2007 que estoy buscando. Al final de la estantería lo encuentro. Dios no me abandona y tengo lo necesario para la cena.

Dirijo mi camino a las cajas. De forma intencionada paso por la sección de butifarra gratuita que Dios me mostró, para hablar con la señora y demostrarle que yo también conozco su idioma. Bueno, también para comer un poco más de butifarra caliente. Sin embargo, al pasar por el puesto donde antes estaba la señora, ella ya no está, pero afortunadamente dejó unos cuantos trozos de “libre disposición”. Vuelvo a agradecer a Dios por su generosidad.

Estoy haciendo fila para pagar y veo en la distancia a la señora de las butifarras; mientras habla con otro posible cliente no deja su sonrisa que me sigue pareciendo bastante sincera. Pienso en la rabia que me había producido el encuentro de pocos minutos antes. Sin embargo, en el medio de esas reflexiones, por una extraña asociación de ideas tengo la certeza que mi rabia no era justificada: entiendo que la señora quería ser amable conmigo al dirigirse en un idioma que yo, supuestamente, si pudiera entender. La señora intentaba convertirme en un cliente y para eso quería evitar cualquier malentendido idiomático. La señora intentaba ser, sencillamente, amable conmigo y ella ser una buena vendedora.

Me acuerdo de un amigo que me dijo hace tiempo, no por ser paranóico significa que te están persiguiendo. 

Salgo del supermercado, agradezco a Dios de los supermercados por su generosidad, a la señora de las butifarras por su amabilidad y a mis amigos por su sabiduria. 

***
Dos entradas de "ñapa":

Una entrada antigua sobre el Dios de los supermercados una entrada de hace tiempo pero que no pierde vigencia: En defensa del consumismo

Una experiencia similar pero ya no desde el prejuicio del inmigrante hacia el nativo, sino del más conocido y divulgado: del Nativo hacia el inmigrante: Hay miradas que matan

lunes, octubre 10, 2011

30 libros, 30 razones (2)

La primera edición de El Quijote que tuve en
mis manos. Una edición que aún conservo sin leer.
 2. Uno que se haya demorado mucho en leer.
Indudablemente, el libro que más me he demorado en leer es El Quijote, pero no solo por su extensión o por la forma en que está escrito, ni tampoco por la horrible edición que me compré y que hacía que su lectura fuera pesada (demasiadas aclaraciones redundantes y unas medidas nada amigables para leer un libro en la cama, claro que por 4,95 euros no podía pedir más, supongo que esa es la razón para no encontrar la portada de esa edición en intenet). Las razones de esta demora son mucho más sencillas: Este libro lo tuve en mi mesa de noche –y en una que otra maleta de algún viaje- durante cerca de un año y medio, pues desde los primeros capítulos sentía que el Quijote era un personaje cercano, un personaje que me entristecía cuando le pasaban las cosas que le pasaban y me molestaba con aquellos que se burlaban o aprovechaban de su dulce locura. Por eso mismo, y de forma especial durante la primera parte, iba aplazando su lectura para no acabarlo. No quería separarme del Quijote ni de sus reflexiones sencillas y profundas–recuerdo especialmente una donde hace un paralelo entre los libros y las armas- o de sus aventuras y desventuras –el reino prometido de sancho, la llegada a Catalunya, el ataque del rebaño de ovejas-. Y me alegra saber no ser el único que ha tenido esta sensación, pues recientemente me encontré esta cita de otro creador de Universos, Jorge Luis Borges: “Siempre hay una suerte de felicidad cuando se habla de un amigo. Y creo que todos podemos considerar a Don Quijote como un amigo”.

Yo no sé si pueda considerar al Quijote, a Don Quijote, como un amigo, pero si, como uno de los grandes tipazos de la literatura.

De este libro, además del gran recuerdo, me quedan tres "tics" y una manía: Uno tiene que ver con poner la fecha de inicio y de finalización de cada libro que me leo, así como la ciudad donde inició y donde termino su compañia. Otro tic tiene que ver con la perdida de miedo hacia los "clásicos" y ahí incluyo a Homero, Goethe, Swift, Shakespeare, que por ser "clásicos" los leía como "hay que leerlos", ahora, esos mismos libros los enfrento como "como no leerlo, si han permanecido el paso de los siglos, debe ser por algo". El tercer tic tiene que ver con el momentum para enfrentar un libro: libros como este no deberían ser de lectura obligada en el colegio. Me quedaron esos tres tics y una manía: la edición de los libros. El Quijote me enseñó que una edición adecuada hace que el libro más denso se vuelva ligero en las manos, cuando es la equivocada, como fue mi caso, el buen libro se vuelve casi en una carga que hay que sufrir.

martes, octubre 04, 2011

Dioses, políticos, horóscopos y economistas


La teoría social de la conspiración (...) es una consecuencia de la desaparición de Dios como punto de referencia, y de la consiguiente pregunta: “¿Quién lo ha reemplazado?”
Karl Popper
.·.
Todo es culpa de los Ángeles Envidiosos. Y lo mismo vale para la vida de todos los días. Como los desastres bursátiles. Se producen porque cada uno adopta una decisión equivocada, y la suma de todas las decisiones equivocadas crea el pánico. Después el que no tiene nervios de acero se pregunta: ¿Quién ha urdido esta conspiración? ¿A quién beneficia?
Y pobre del que no logre descubrir un enemigo que haya conspirado, porque se sentiría culpable. Mejor dicho, como se siente culpable, inventa una conspiración, inventa muchas. Y para desbaratarlas tiene que organizar su conspiración propia.
Cuantas más conspiraciones atribuye a los otros, para justificar su falta de entendimiento, más se enamora de ellas, y las toma como modelo para construir la suya.
Umberto Eco, El péndulo de Foucault.
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Estas dos citas extraídas del libro de Umberto Eco me sirven para escribir sobre algo que va en contra de una gran parte de los comentarios que oigo, leo y escucho sobre la actual crisis económica. Esas voces mayoritarias (¿demagógicas?), argumentan, palabras más, palabras menos, que esta crísis ha sido orquestada, diseñada y ejecutada muy sabiamente por un conjunto de instituciones difusas que quieren poner en jaque la economía de los países, para así obtener más dinero y hacerse cada vez más ricas. En resumen: Unos Ángeles Envidiosos que buscan provecho en el dolor ajeno.  

Sinceramente a mí esa teoría conspiratoria, la verdad que no me convence y eso que a estas teorías conspiratorias siempre les dejo abierta una ventana para que alimenten mi imaginación.
Antes de seguir, quiero aclarar que no dudo que en todo esto esté involucrado un grupo de inversores (grandes, medianos, pequeños y minúsculos) cuyo único interés ha sido aprovechar estos momentos de coyuntura para obtener el máximo de ganancias. Eso no me cabe la menor duda. Pero de ahí, a explicar la crisis como si estos inversores estuvieran coordinados y confabulados contra la sociedad para ganar este round, me resulta casi imposible de creer. La razón me parece sencilla: Organismos que buscan beneficio individual confabulando para trabajar por un beneficio común, me resulta tan raro como una federación de organizaciones anarquistas. Sin embargo, repito, eso no quita que esos inversores estuvieran a la espera de estos momentos, para, como un comando militar, "entrar, golpear y salir".

Y no, no me puedo creer que exista un plan para que todo esto ocurra. Pues muchos de aquellos que en épocas pre-crisis se ufanaban de su gran visión de negocios, de su inteligencia y de lo justa que es la vida al darles las cosas que deseaban. Son casi los mismos que hoy, con su visión, inteligencia y sentido de justicia, se declaran las mayores víctimas de ese complot. Y cuando digo "muchos de aquellos" me refiero sin mayores diferencias a personas, empresas y países. 

Y tampoco me creo que sea una confabulación orquestada por unos pocos para engañar a una de las generaciones con un nivel educativo y una disponibilidad de acceder a la información que, en el papel, les permitiría valorar en sus justas proporciones los riesgos de esas maravillosas oportunidades. Pero esta generación tan bien educada e informada, hizo (¡hicimos!) caso omiso de todo eso, para lanzarse a adquirir hipotecas y prestámos de cosas necesarias e hipervaloradas, con el único pensamiento de "tonto el que no pille". 

Si alguien me pregunta como explicaría esta crisis, le diría que esto es como el vendedor de droga que a la salida de una escuela, buscando nuevos clientes, se dedica a regalar a quien quiera su producto. La única diferencia es que en este caso, no estamos hablando de una escuela donde las personas van a aprender a leer, sino de un colegio donde se nos han explicado los riesgos que la droga tiene. Sí, creo que hay que asumirlo, tomamos la droga de forma voluntaria y consciente de sus riesgos, y eso nos deja con que la única confabulación que existe es aquella que nos hace ser seres únicos en la naturaleza: confabular contra nuestro propio sentido común.

Por eso es que necesitamos la existencia de dioses, políticos, horóscopos y economistas: pues ellos nos sirven para explicar el dolor que causan nuestras propias acciones. Son ellos los confabuladores. Son ellos los únicos culpables de mi dolor. Fueron solo ellos y nosotros no tuvimos nada que ver en la construcción de esta trampa en la que entramos sabiendo que costaría mucho salir de ella. 

Pero no, no solo fueron ellos...


***
Con lo anterior no considero inocentes a las personas e instituciones no cumplieron con su responsabilidad de evitar la existencia de los "vendedores de droga" a la salida del colegio, ni tampoco son inocentes aquellos irresponsables dirigentes políticos, económicos y sociales por la patética forma en que han gestionado esta crisis.

lunes, septiembre 26, 2011

30 libros, 30 razones (1)


1. Uno que leyó de una sentada
De la serie "30 libros, 30 razones"

Me gustaría decir que he leído varios libros de una sentada. Pero no. Es más, creo que nunca me he leído un libro de “un tirón” –claro exceptuando los dos libros de Paulo Coehlo, uno creo que era El Alquimista y el otro no me acuerdo-. Lo más cercano ha sido “La Perla” de John Steinbeck que comencé a leer una noche, para al día siguiente no soltarlo ni durante el desayuno y ni durante los 35 minutos de metro hasta el trabajo para acabarlo justo antes de tomar el ascensor de mi oficina.

Como se comprobará a lo largo de esta serie de entradas, mi recuerdo de los libros estará más relacionada con la sensación que me transmitió, que con su trama y sus personajes. Los libros los recuerdo más como flashes que como una luz de una linterna. 

En La Perla, la sensación de cómo la existencia tranquila de una familia puede verse trastornada y transformada por algo aparentemente tan deseable como la riqueza, es lo que primero viene a mi memoria. Una memoria frágil que solo me permite recordar el sufrimiento de la familia cuando encuentran la perla, y como esto se convierte en una pesada carga que hace aún más dolorosa su propia realidad. Del libro recuerdo playas, persecuciones, la sencillez de sus protagonistas –no confundir con simpleza- y la misma sensación de impotencia que produce la injusticia cuando la hemos convertido en modus vivendi. Pero también, recuerdo la certeza que la riqueza material no solo es la puerta de acceso para satisfacer tus necesidades y gustos, sino también una excelente atalaya para hacer aún más evidentes las enormes diferencias e injusticias que rodean nuestra propia existencia.  

¿Recomendar este libro?... sin duda alguna. Resumir en un libro tan corto una trama tan bien construida y presentada, resulta un placer. Casi me atrevería a decir que es un excelente punto de partida para libros como Los miserables, Las uvas de la Ira o el mismo El otoño del patriarca, donde se muestra al ser humano como única fuente de dolor y alegría.

viernes, septiembre 23, 2011

30 libros, 30 razones

Hace poco gracias a un blog que visito, encontré la mejor forma de abordar uno de esos temas que siempre he intentado compartir en este espacio pero que nunca había podido encontrar ni el tono ni la forma de tal forma que la entrada sea liviana sin perder profundidad, y profunda sin ser aburrida. Ese tema que siempre me había resultado difícil de atrapar en palabras, son los libros. O mejor, Mis Libros, aquellos que de una u otra forma han dejado una huella en mi memoria.

La forma de cómo escribir acerca de Mis Libros es bastante sencilla. Durante 30 entradas, no consecutivas, sugeriré, recomendaré, comentaré, criticaré, hablaré -no sé cuál es el verbo adecuado- 30 libros utilizando 30 preguntas diferentes.

Los visitantes de este espacio están más que invitados a comentarlos y hacer su propia lista, o si quieren, construir conjuntamente este mismo listado. O añadir un nueva pregunta.

4. Uno que le gusta a todos menos a usted.
5. Uno de viajes.
6. Uno de un nobel.
7. Uno muy divertido.
8. Uno para leer por fragmentos.
9. Uno con una excelente versión cinematográfica.
10. Uno con una pésima versión cinematográfica.
11. Uno que lo haya motivado a visitar algún lugar.
12. Una biografía.
13. El primer libro que leyó en su vida.
14. Uno que haya odiado hace años y hoy admira.
15. Uno que haya amado hace años y del que hoy reniega.
16. Uno ruso que sí haya leído.
17. Uno de este año.
18. El que más veces ha leído.
19. Uno que lo haya sorprendido por bueno.
20. Uno que lo haya sorprendido por malo.
21. Uno de cuentos (no valen antologías).
22. Uno de poemas (no valen antologías).
23. Uno que le gustaría volver a leer en su vejez.
24. Uno que no le prestaría a nadie.
25. Uno para aprender a perder.
26. Uno que asocie con la música que le gusta.
27. Un libro que le regalaron y no le gustó.
28. Uno que lo haya asustado.
29. Uno que se haya robado.
30. Uno que pueda salvar vidas.

El blog de donde tomé esta idea: http://treintalibros.blogspot.com/
El blog que me llevó a la idea: http://www.elojofisgon.com/ 

jueves, septiembre 08, 2011

¿Qué cómo me siento?... pues bien

Reserva Marasha, Amazonas
Viajar siempre es una oportunidad de ver cosas nuevas o ver las mismas cosas con nuevos ojos. Es una oportunidad para aprender que el mundo es tan grande y diverso (o tan pequeño y monótono) como nuestras ideas nos permitan concebirlo. Muchas veces tengo la sensación que lo que más me hace sentir que estoy viajando, no es precisamente aquello por lo que fui (el monumento, el cuadro, la iglesia, el árbol histórico…), sino por aquello que sin saberlo, tarde o temprano, siempre termino encontrando: las personas y sus mundos.

Acabo de regresar de un viaje de vacaciones de Colombia donde en tan solo tres semanas, pasé de la majestuosidad de la naturaleza materializada en la selva amazónica, al sentimiento gregario de los hoteles caribeños all-included, haciendo paradas en las inmensas montañas verdes de los andes. Un viaje no sé si completo, pero si muy variado.

Sobre este viaje, quiero compartir dos reflexiones que han hecho que mi mundo sean un poco más grande, o mejor, que sus fronteras sean diferentes –el tamaño, en este caso, no es tan importante.

Primera reflexión:

Uno de los días nuestro guía fue un descendiente de la tribu huitoto, que había nacido en Perú y pasó gran parte de su juventud en Leticia, donde actualmente vive su Familia, pero ahora trabaja en el lado peruano en una reserva natural impresionante (Marasha) y entre semana duerme en su comunidad (Puerto Alegría) en el lado peruano, para ir los fines de semana donde su familia a Colombia (no olvidar que en este punto de la selva, la frontera es el rio). Ante esta mezcla de fronteras, mi concepción del mundo me decía que Roberto, el nombre del guía, debería tener una ligera confusión de sentimientos frente a su nacionalidad, y no pude evitar hacer aquella pregunta que no me gusta que me hagan:

Para mayor claridad, trataré de transcribir el dialogo, que se daba en un contexto donde hablabamos de si tenía pasaporte, cédula y de donde eran...
-…si, yo nací en el Perú, duermo entre semana en Perú, mi hija va a un colegio de mi comunidad en el lado peruano, pero vive con mi familia en Colombia.

- Pero ante esa mezcla, ¿como te sientes?

Después de un ligero, pero evidente, gesto de sorpresa y después de hacer un recorrido mental por todas las partes de su cuerpo para saber si algo le dolia, responde:

- ¿Qué cómo me siento?... pues bien. 
Después de la conversación quedé con la sensación que Roberto nunca se había pregundado de que lado de la frontera se sentía. No se sentía ni de aquí ni de allí, sino todo lo contrario. Ni de aquí ni de allí, se sentía Roberto y eso era lo importante.

Segunda reflexión:

En el avión de regreso a Barcelona escucho a una madre catalanoparlante preguntarle (en català) a su hijo:
-… bueno y ahora que has estado hablando tanto tiempo en español con tus abuelos, se te ha olvidado el català?
- no.
- y entonces en que vas a hablar ahora que lleguemos a Barcelona… en català o español?
Después de una breve reflexión
- ¡En inglés!
No tengo ni idea que quería decir el niño con esa respuesta -ni me importa. No sé si el niño ya habla inglés o sus padres le hablan en inglés. Me parecen más interesantes las reflexiones que esa respuesta produjo en mí. Son reflexiones, que deben ser leidas como conclusiones definitivas y categoricas, como preguntas al aire y como pequeños descubrimientos que se hacen en la cotidaniedad.Todo al mismo tiempo, pues no son solo conclusiones, ni preguntas ni descubrimientos, son las tres cosas simultáneamente.
  • Que me importa el idioma, lo importante es la comunicación.
  • Entre más idiomas mejor.
  • Los idiomas son las fronteras y puentes del nuestros mundos.

jueves, julio 28, 2011

Una Egoentrada

Como lo dice el título del blog, esto es una egoentrada, pues yo no pretendo otra cosa que hacer un recopilatorio de videos donde yo comparto mis ideas sobre la inmigración. Son videos grabados durante los últimos 6 años, curiosamente cada dos años, en tres formatos diferentes, y en el marco de proyectos igualmente diferentes.

Se pueden ver como complemento a este blog, como curiosidad o sencillamente como acto de vanidad… la verdad, es un poco de todo eso. Yo lo considero como una entrada audiovisual…
Como siempre, gracias por la compañía.

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Este primer video, el más reciente, hace parte de un documental que está en proceso de elaboración en Colombia sobre el proceso migratorio de tres personas diferentes que por confabulaciones del destino se conocieron en Barcelona. El destino siguió confabulando y hoy esas mismas personas, están en tres países diferentes… La calidad y profesionalidad que se evidencia en el montaje (imágenes, música, timing…) de este video-abrebocas, hace que las ideas que allí se expresan tengan toda la profundidad que se merecen, o, por el contrario, que parezcan mucho más interesantes de lo que realmente son. Sea lo que sea, un proyecto superinteresante. Gracias Alejandro por esa idea.

Para más información: http://habitantesdebabel.org/





En el marco de la elaboración del Plan Barcelona Interculturalidad, y por ser parte de una ONG que trabaja en temas vinculados en inmigración (www.mipgroup.es), me invitaron a participar en una serie de entrevistas que giraban en torno a la convivencia de diferentes culturas en una ciudad cómo Barcelona. En esta entrevista aparece otro de los temas que es transversal a todas mis reflexiones: la ciudad como punto de (des)encuentro. En lo personal, la metáfora final sobre la ciudad y la necesidad de diferentes elementos para configurar un paisaje, fue una lástima que la redujeran, no sé si era una idea buena o mala, pero a mí me gustaba. Espero, sin embargo, que se conserve la idea de fondo.

Para más información: http://www.interculturalitat.cat/


Este video fue mi primera aparición en televisión. Es un programa que se hace en Catalunya (Karakia) donde se hace un pequeño documental sobre las diferentes comunidades de inmigrantes que viven en la ciudad en torno a sus platos más representativos, lo que incluye preparar “en vivo” esos platos. Mi aportación a la comida se limitó a un pastel de banano con bocadillo que lo preparé siguiendo las indicaciones de un mail que mi mamá me había enviado un par de días antes, pues nunca lo había preparado antes. Fue una experiencia bien interesante –el pastel, tuvo bastante éxito y, lo que es mejor, ningún afectado estomacal. Como curiosidad de este video, es que una de las personas que aparece en ese video, es precisamente el director del proyecto Habitantes de Babel con quien iniciaba esta egoentrada: Alejandro Angel. No sé si en ese momento Alejandro tenía en mente ese proyecto, pero es curioso como después de muchos años después nos volvemos a encontrar. Otra agradable sorpresa que me dejó esta grabación fue Marina, la responsable de la grabación y con quien a pesar de los años aún conservamos el contacto.

Para más información: http://www.tv3.cat/karakia


martes, junio 28, 2011

Grecia + Europa + Contradicciones= una microentrada

A raiz de la crisis económica que se vive en Europa... una entrada que se la debo a la misma persona que provocó la entrada anterior. Este blog agradece sinceramente a DEP por sus inesperadas aportaciones a este blog. 
omchamat

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homeless: sustantivo plural. la gente sin hogar or sin techo

Tu invitas a un homeless a vivir en tu propia casa. Lo tienes viviendo mucho tiempo y lo haces sentir como si fuera de la casa e incluso sientes que realmente hace parte de ella hasta el punto que pasas vacaciones en donde el suele vivir. El homeless se siente tan a gusto que te ayuda con la casa –va a comprar a tus propios supermercados y tus propios productos con el dinero que tu le prestas- y lentamente comienza a vivir como si fuera un ex-homeless en tu propia casa. Sin embargo, con el tiempo, descubres que esto de prestarte tu propio dinero y comprarte tus propios productos utilizando un testaferro no es tan buen negocio –el homeless no puede pagarte intereses sin tener que volver a prestarle dinero para que te pague deudas e intereses.

Llega el día en que ese círculo vicioso termina por agrietarse y hacer insostenible la relación de convivencia (¿conveniencia?). El homeless no quiere volver a la calle y tu lo quieres echar por “recostao”.

Y aquí estamos… Esperando saber que hará el dueño de la casa con el homeless y el homeless con el dueño de la casa -eso si, todo dentro de la más estricta democracia ( o "deudocrácia" como el nombre de un documental griego al respecto de todo esto).

Vox populi, Vox Dei.
O mejor, Vox Bank, Vox Dei

***

Todo lo anterior no quita que la enfermedad del “nuevo rico” me parezca el desencadenante de toda esta situación… Esta microentrada tiene como único objetivo dar otra luz, una luz más vinculada a la moralidad, lo que nos hace humanos, y menos a la economía, lo que nos hace vivir más cómodamente.

miércoles, junio 22, 2011

En épocas de reivindicación, reivindico.

reivindicar.
(Del lat. res, rei, cosa, interés, hacienda, y vindicāre, reclamar). 1. tr. Reclamar algo a lo que se cree tener derecho.
__

En un reciente viaje a una casa rural de Francia, tuve la posibilidad de volver a aplicar mi criterio de cuando estoy de vacaciones: no teléfono, no internet, no noticias, no televisión, es decir, no información. Una vez de regreso a Barcelona me “sorprendió” darme cuenta que el mundo seguía existiendo sin yo saber nada de él, y confirmar lo que siempre siento cuando regreso de vacaciones:   el 99,99% de la información del mundo no es relevante para mi vida cotidiana.

Un gran amigo –que disfruta estar conectado 24h a internet- al decirle que yo no quería internet 24h en mi teléfono hoy me dijo sabiamente que “eso decía mi agüelito del teléfono móvil : "¡yo para que quiero que me llamen todo el día!"… No sé si el abuelito de mi amigo ya tenga teléfono. No sé si yo ya soy un abuelito por estar quejandome de los avances tecnológicos. No sé. Pero sé que tengo el derecho y deber de reinvindicar la libertad, o al menos mi concepto de libertad. 

***
Algunas veces, muchas diría yo, siento que nuestro último reducto de libertad, el último espacio que podremos reclamar como nuestro, es el derecho a no estar informados –o mejor, el derecho a estar desactualizados, pues estar informados es un sueño y el conocer lo que pasa en el mundo, una utopía. Por eso:

  • Reivindico el derecho de tener la posibilidad de desconectarme del mundo que vaya más allá de donde llega el más fuerte de mis gritos.
  • Reivindico el derecho a no estar sobreinformado.
  • Reivindico el derecho de no sentirme bicho-raro por el hecho de no querer tener internet en mi teléfono móvil.
  • Reivindico el derecho a sentirme libre aún sabiendo que me gusta estar atado a una desconexión virtual y, en contraposición, reivindico el derecho a sentirme esclavo de la (supuesta) libertad que me da la información.
  • Reivindico el derecho a no sentir angustia cuando pienso que por el hecho de no estar 24 horas al día conectado me estoy perdiendo de la última noticia, de la última tragedia o del último gol de un partido.
Claro, siempre podremos apagar la conexión y quedarnos con el teléfono -el omnipresente teléfono móvil-, pero quien, en su sana lógica es capaz de activarlo solo cuando realmente lo necesita?... y aún más... alguien me puede decir cuando la conexión 24h de internet es realmente necesaria?

Sin embargo:
  • Reivindico el derecho a retractarme de todo lo que acabo de escribir cuando de aquí a tres años –¡o menos!- cuando tenga internet en mi teléfono y me sorprenda de cómo podía vivir sin eso.
  • Reivindico el derecho a que una vez tenga internet 24h en mi teléfono móvil, me sienta libre por ser esclavo de un nuevo amo. Un amo que no reemplaza a uno existente, sino que se une a los que ya son –y serán- dueños de mi vida.

jueves, abril 28, 2011

De Dioses y Diablos: Messi y Emilio Botín.


La vida es un caleidoscopio...

Messi 25 años sin estudios universitarios y con una carrera futbolística desde hace 10 años, en el 2010 se ganó 31 millones de euros -cada minuto ganaba 60 euros, incluyendo cuando dormia o estaba en la ducha.

Emilio Botín, dueño del Banco Santander, 76 años, economista y trabajando en ese banco desde 1960, el año pasado no llegó a los 3 millones de euros de salario.

Para muchos medios de comunicación y en muchas conversaciones tengo la sensación que a Messi se le perdonan sus astronómicos ingresos diarios, es más la frase: "Messi vale eso y mucho más", la he oído muchas veces en diferentes variantes. Messi, para muchos es un dios.

En cambio Emilio Botín es un diablo que se gana millones.

Unos dirán que Messi no juega con nuestro dinero, pero que sus partidos se transmitan por televisión pública luego de haber pagado los derechos de emisión con nuestros impuestos, no es también una forma de jugar con mi dinero?. (Aclaro, nadie me ha preguntado si quieren que mis impuestos se destinen a ese tipo de cosas, pues ni quiero, ni me importa que me pregunten por ese tipo de cosas, para eso intento votar en las elecciones por quien quiero que decida como gestionar mis impuestos.) 

Ojo, no defiendo a Botín ni ataco a Messi. Por el contrario, sinceramente me alegra por los dos, pues han tenido la inteligencia y suerte para saber cuál era su talento y llevarlo a su máxima expresión –claro, si la máxima expresión de triunfo/éxito se puede medir como ingresos económicos, si fuera así, el planeta estaría infestado de perdedores, pero eso ya es otro tema.

lunes, abril 04, 2011

Sobre la necesidad de las almas bellas

.·. Como siempre, cortesia de Iñaki Bellver .·.
Es época de promesas de un futuro mejor. Época para soñar con poder tener un sueño común y un proyecto que nos una. Es época de elecciones para cargos públicos. Una época donde la astilla en el ojo ajeno impedirá ver la viga que tenemos en el propio.

En el último libro de Umberto Eco (Cementerio de Praga), encontré una conversación entre un fraile (padre Carmelo) que defiende ideas bastante revolucionarias para el tiempo en que se desarrolla la novela, con el protagonista del libro (Simonini) quien es un magistral falsificador y cuyo tutor en el arte de la falsificación no se definía como tal, sino como un creador de los documentos que por errores del destino no vieron la luz. Cuando leí esa conversación recordé como esos grandes proyectos nacionales unificadores, o independentistas -para este caso no hay diferencia-, incluyen la idea de un futuro construido sobre los sufrimientos o las épopeyas del pasado, sin detenerse un momento en el presente; un presente del cual, quieranlo o no, son tambien corresponsables. Estos proyectos, conjugan pasado y futuro de forma excepcional, el presente, es la consecuencia de la ignorancia y maldad de los otros, nunca nuestra. Es más, cuando hay que encontrar errores, el uso la tercera persona del singular o del plural es lo que predomina en sus discursos. Esos programas quieren luchar contra las cadenas que los otros les han impuesto, olvidandose que las peores cadenas son las que atan su mirada a su propio ombligo.

En fin, como siempre, ya todo está escrito... incluso la imperiosa necesidad que existan almas bellas.

En la edición que tengo, esta conversación se da entre las páginas 174 y 179:
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"...mientras merodeaba por la ciudad en camisa roja, he intercambiado dos palabras en la escalinata de una iglesia con un monje, el padre Carmelo. Dice que tiene veintisiete años pero aparenta cuarenta. Me confía que desearía unirse a nosotros, pero algo lo frena. Le pregunto qué, visto que en Calatafami también había frailes.

- Iría con vosotros, dice, si supiera que haréis algo grande de veras. Lo único que sabéis decirme es que queréis unir Italia para hacer de ella un solo pueblo. Pero al pueblo, unido o dividido, si sufre, sufre; y yo no sé si lograréis que cese de sufrir.

- Pero el pueblo tendrá libertad y escuelas -le he dicho.

- La libertad no es pan, y tampoco la escuela. Esto puede bastaros a vosotros los piamonteses, pero a nosotros no.

- ¿Y qué es lo que necesitaríais, vosotros?

- No una guerra contra los Borbones sino una guerra de los menesterosos contra los que les hacen pasar hambre, que están por doquier, no sólo en la Corte.

- Así pues, ¿también contra vosotros los tonsurados, que tenéis conventos y tierras por todos los sitios?

- También contra nosotros; ¡es más, antes que a nadie, contra nosotros! Eso sí, con el Evangelio y la cruz en las manos. Si así fuera, os acompañaría. Lo de ahora es demasiado poco.

(...)

En fin, que aunque no me gustan, necesitamos almas bellas."
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Tomado de:   El cementerio de Praga; Umberto Eco. Traducción de Helena Lozano. Lumen. Barcelona, 2010. 608 páginas

jueves, marzo 17, 2011

Acto de contrición

.·. Imagen cortesia de Iñaki Bellver .·.
Hace poco me pregunté por el orígen de mi interés y preocupación por el tema de la inmigración aquí en Europa. A continuación unas breves reflexiones transoceánicas.
gracias por la compañia
omchamat
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En Colombia mis condiciones -todas casuales- de nacimiento, raza y nivel económico, me permitieron estar dentro de ese (reducido) grupo de personas que no tiene muchas posibilidades de ser constantemente discriminada. Creo no miento al decir que en Colombia es fácil encontrar con relativa facilidad discriminaciones sutiles o descaradamente evidentes, en función de alguno de los anteriores elementos:

El lugar donde naces o vives, condiciona tu verdadero sentimiento de lo que es “Colombia”. Es más, la guerra que vive el país ha dejado de ser tema frecuente cuando esta se ha ido desplazando a las zonas rurales –ergo, olvidadas- del país dejando de amenazar el “desarrollo” urbano. La sensación generalizada es que lo que pasa en Colombia, es únicamente aquello que pasa en sus ciudades.Todo aquello que no sea urbano, no es típicamente colombiano, en cambio todo lo que pasa en las urbes si lo es.Lo rural es lo exótico, lo urbano, lo "normal".

En cuanto a la raza, un único ejemplo: las críticas que se le hacen a una reconocida exsenadora negra –odio la expresión afrodescendiente o afrocolombiana- están plagadas no por sus posiciones políticas, sino, con mucha frecuencia, de referencias despectivas a su color de piel.

El nivel económico es quizás el más evidente, y a la vez el más triste: en un evento cultural  donde se presentaban ante un auditorio diplomático escuché a una de las organizadoras decir que “que no se ponga eso, eso parece de pobre” al ver que la ropa que llevaba una de las artistas no era impecablemente nueva. A esta persona se le olvidaba que Colombia no solo es millonaria, sino que es mayoritariamente pobre. También he escuchado con un patético convencimiento a una “colombiana preocupada por los pobres”, que ella no entendía cómo era posible que jóvenes mujeres sin recursos económicos no aceptaran el “generoso ofrecimiento que colombianas de bien para hacían al darles ligadura de trompas gratuitas para evitar tener hijos”. Invertir el dinero de esa “generosa” campaña en educación sexual, no lo había contemplado. ¿El derecho a la reproducción? Eso no era un derecho para todas, era un derecho para mujeres derechas.

Sin embargo, a pesar de todo lo anterior, siempre tuve la suerte de no sentirme claramente discriminado por alguna de las anteriores razones. Alguna vez sospecharon de mis posiciones políticas por haber estudiado en una universidad pública –donde van personas con menos recursos económicos-, en otras el “negro” me fue lanzado como un insulto y en otras me cuestionaron (cuestionan) el no entender que como se hace en La Ciudad es como deben ser hechas las cosas.

En fin, esta retahíla de cosas que es fácil ver en Colombia, son las mismas cosas que me han hecho, una vez que he aceptado y disfrutado de mi condición de inmigrante en Europa, que me preocupe e interese por el fenómeno de la discriminación y el racismo. Pero no, no es un interés desinteresado por todo eso. Es un interés que nace del hecho de darme cuenta que aquí yo hago parte de ese grupo que ha nacido en la ruralidad del mundo –es decir, los países pobres o en vías de desarrollo-, tengo un color de piel y rasgos diferentes a los nativos –tener sangre negra, española, libanesa e indígena, te pone necesariamente fuera de lo “normal”- y mi nivel económico se ha visto afectado por tener la osadía de construir un nuevo proyecto de vida lejos del lugar donde nací.

Es decir, que si me interesa el fenómeno de la inmigración y el racismo no es (solo) por altruismo, sino porque aquí yo puedo ser el discriminado.

miércoles, febrero 16, 2011

Sobre el silencio y la verdad

Imagen por cortesia
de Iñaki Bellver
Este es un extracto de un texto que tuve la suerte de leer en un taller donde las personas pagan para trabajar de mediodía en punto a medianoche en punto. Está escrito para ser leído en voz alta, por eso puede sonar un poco extraño el tono.

gracias por la compañia,

omchamat
.·.

Sobre el silencio:
"Disfrutar de una pausa de silencio en medio de una discusión, da la increíble oportunidad de casi poder llegar a controlar el ritmo de la misma. Da un momento para tomar aire y seguir con nuevos brios, o sencillamente, y quizás es lo que más vale la pena, obligarnos, por un breve instante, a intentar entender y comprender lo que la otra persona quiere compartir. El silencio es el complemento de la conversación, el ritmo de las palabras y el marco de nuestros argumentos. Aprovechémoslo, no lo llenemos solo de pasión o solo de razón. No olvidemos que en los tiempos que vivimos, donde nuestros sentidos se saturan de ruido, palabras y gestos, el silencio corre el riesgo de convertirse en la más directa forma de expresarnos."

Sobre la búsqueda de verdades absolutas:
"Debemos buscar, por lo tanto, algunas certezas y puntos de vista que trasciendan la cárcel bidimensional que nos ofrecen los blancos y los negros. Y para liberarnos de esos extremos debemos mirar a los tonos grises, pues la persona que es libre no es aquella, que como un insecto en una noche cerrada se siente atraída irremediable y mortalmente a la débil luz de una vela, ni tampoco es libre la persona que temiendo a la oscuridad cierra los ojos para no verla. Es libre aquel que sabe que la vida es un conjunto de luces y de sombras y que sabe vivir entre ellas."

martes, enero 25, 2011

jueves, enero 13, 2011

Dos muertes nunca son iguales

Imagen del website de www.caracol.com.co (13/11/2011
Dos noticias de esas que pasan en Colombia cada día. Contrastarlas no sirve de nada sino sencillamente para saber que lo único similar en el asesinato de jovenes es el dolor de los padres:

En el sur de Bogotá -la zona más deprimida de la ciudad- asesinan a dos "pelaos" de 15 y 19 años... no se ofrece ninguna recompensa ni se habla mucho en todos los medios sobre todo esto. Quizás es algo habitual/esperable en esas zonas de la ciudad. (link)

En el norte de Colombia asesinan a dos estudiantes universitarios de una de las mejores -y más costosas- universidades del país. Ya se tienen indicios de quienes los asesinaron, como los asesinaron y una recompensa que multiplica por casi 1.000 veces el salario mínimo recientemente aprovado. (link)

Los asesinados en el sur de Bogotá tienen un "alias". Seguramente los asesinados en el norte, "cariñosos apodos" o nicknames.


Exijo una explicación... o más bien, temiendo lo que voy a oir. Prefiero que no me la digan.

omchamat

PD1. Ni le quito importancia a la muerte de los universitarios, ni mucho menos le doy más a la de los "pelaos". Lo que me llama la atención es el tratamiento desequilibrado que se les da a estos hechos desde los medios hasta las instituciones públicas.

PD2. Ver la imagen que acompaña esta pequeña entrada. Interesante la distribución que hace sobre las dos noticias.


PD3. Esto pasa en Colombia y pasa en el mundo. Los dos millones de damnificados por el invierno de Colombia, ni se acercan a la importancia mediática de los dos millones de damnificados por el invierno en Australia.

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Para que sea importante las tragedias necesitan o mucho dinero o muchos muertos de por medio. La combinación perfecta: Dinero y muertos.  
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miércoles, enero 12, 2011

La verdad no está siempre en el fondo de un pozo

[sobre un inspector de policia excepcionalmente perspicaz]

Disminuía el poder de su visión por mirar el objeto tan de cerca. Era capaz de ver, probablemente, una o dos circunstancias con una poco corriente claridad; pero al hacerlo perdía necesariamente la visión total del asunto. Esto puede decirse que es el defecto de ser demasiado profundo. La verdad no está siempre en el fondo de un pozo. En realidad, yo pienso que, en cuanto a lo que más importa conocer, es invariablemente superficial. La profundidad se encuentra en los valles donde la buscamos, pero no en las cumbres de las montañas, que es donde la vemos.

LOS CRÍMENES DE LA RUE MORGE - Edgar Allan Poe (1809 - 1849)
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