jueves, abril 28, 2011

De Dioses y Diablos: Messi y Emilio Botín.


La vida es un caleidoscopio...

Messi 25 años sin estudios universitarios y con una carrera futbolística desde hace 10 años, en el 2010 se ganó 31 millones de euros -cada minuto ganaba 60 euros, incluyendo cuando dormia o estaba en la ducha.

Emilio Botín, dueño del Banco Santander, 76 años, economista y trabajando en ese banco desde 1960, el año pasado no llegó a los 3 millones de euros de salario.

Para muchos medios de comunicación y en muchas conversaciones tengo la sensación que a Messi se le perdonan sus astronómicos ingresos diarios, es más la frase: "Messi vale eso y mucho más", la he oído muchas veces en diferentes variantes. Messi, para muchos es un dios.

En cambio Emilio Botín es un diablo que se gana millones.

Unos dirán que Messi no juega con nuestro dinero, pero que sus partidos se transmitan por televisión pública luego de haber pagado los derechos de emisión con nuestros impuestos, no es también una forma de jugar con mi dinero?. (Aclaro, nadie me ha preguntado si quieren que mis impuestos se destinen a ese tipo de cosas, pues ni quiero, ni me importa que me pregunten por ese tipo de cosas, para eso intento votar en las elecciones por quien quiero que decida como gestionar mis impuestos.) 

Ojo, no defiendo a Botín ni ataco a Messi. Por el contrario, sinceramente me alegra por los dos, pues han tenido la inteligencia y suerte para saber cuál era su talento y llevarlo a su máxima expresión –claro, si la máxima expresión de triunfo/éxito se puede medir como ingresos económicos, si fuera así, el planeta estaría infestado de perdedores, pero eso ya es otro tema.

lunes, abril 04, 2011

Sobre la necesidad de las almas bellas

.·. Como siempre, cortesia de Iñaki Bellver .·.
Es época de promesas de un futuro mejor. Época para soñar con poder tener un sueño común y un proyecto que nos una. Es época de elecciones para cargos públicos. Una época donde la astilla en el ojo ajeno impedirá ver la viga que tenemos en el propio.

En el último libro de Umberto Eco (Cementerio de Praga), encontré una conversación entre un fraile (padre Carmelo) que defiende ideas bastante revolucionarias para el tiempo en que se desarrolla la novela, con el protagonista del libro (Simonini) quien es un magistral falsificador y cuyo tutor en el arte de la falsificación no se definía como tal, sino como un creador de los documentos que por errores del destino no vieron la luz. Cuando leí esa conversación recordé como esos grandes proyectos nacionales unificadores, o independentistas -para este caso no hay diferencia-, incluyen la idea de un futuro construido sobre los sufrimientos o las épopeyas del pasado, sin detenerse un momento en el presente; un presente del cual, quieranlo o no, son tambien corresponsables. Estos proyectos, conjugan pasado y futuro de forma excepcional, el presente, es la consecuencia de la ignorancia y maldad de los otros, nunca nuestra. Es más, cuando hay que encontrar errores, el uso la tercera persona del singular o del plural es lo que predomina en sus discursos. Esos programas quieren luchar contra las cadenas que los otros les han impuesto, olvidandose que las peores cadenas son las que atan su mirada a su propio ombligo.

En fin, como siempre, ya todo está escrito... incluso la imperiosa necesidad que existan almas bellas.

En la edición que tengo, esta conversación se da entre las páginas 174 y 179:
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"...mientras merodeaba por la ciudad en camisa roja, he intercambiado dos palabras en la escalinata de una iglesia con un monje, el padre Carmelo. Dice que tiene veintisiete años pero aparenta cuarenta. Me confía que desearía unirse a nosotros, pero algo lo frena. Le pregunto qué, visto que en Calatafami también había frailes.

- Iría con vosotros, dice, si supiera que haréis algo grande de veras. Lo único que sabéis decirme es que queréis unir Italia para hacer de ella un solo pueblo. Pero al pueblo, unido o dividido, si sufre, sufre; y yo no sé si lograréis que cese de sufrir.

- Pero el pueblo tendrá libertad y escuelas -le he dicho.

- La libertad no es pan, y tampoco la escuela. Esto puede bastaros a vosotros los piamonteses, pero a nosotros no.

- ¿Y qué es lo que necesitaríais, vosotros?

- No una guerra contra los Borbones sino una guerra de los menesterosos contra los que les hacen pasar hambre, que están por doquier, no sólo en la Corte.

- Así pues, ¿también contra vosotros los tonsurados, que tenéis conventos y tierras por todos los sitios?

- También contra nosotros; ¡es más, antes que a nadie, contra nosotros! Eso sí, con el Evangelio y la cruz en las manos. Si así fuera, os acompañaría. Lo de ahora es demasiado poco.

(...)

En fin, que aunque no me gustan, necesitamos almas bellas."
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Tomado de:   El cementerio de Praga; Umberto Eco. Traducción de Helena Lozano. Lumen. Barcelona, 2010. 608 páginas
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