lunes, octubre 10, 2011

30 libros, 30 razones (2)

La primera edición de El Quijote que tuve en
mis manos. Una edición que aún conservo sin leer.
 2. Uno que se haya demorado mucho en leer.
Indudablemente, el libro que más me he demorado en leer es El Quijote, pero no solo por su extensión o por la forma en que está escrito, ni tampoco por la horrible edición que me compré y que hacía que su lectura fuera pesada (demasiadas aclaraciones redundantes y unas medidas nada amigables para leer un libro en la cama, claro que por 4,95 euros no podía pedir más, supongo que esa es la razón para no encontrar la portada de esa edición en intenet). Las razones de esta demora son mucho más sencillas: Este libro lo tuve en mi mesa de noche –y en una que otra maleta de algún viaje- durante cerca de un año y medio, pues desde los primeros capítulos sentía que el Quijote era un personaje cercano, un personaje que me entristecía cuando le pasaban las cosas que le pasaban y me molestaba con aquellos que se burlaban o aprovechaban de su dulce locura. Por eso mismo, y de forma especial durante la primera parte, iba aplazando su lectura para no acabarlo. No quería separarme del Quijote ni de sus reflexiones sencillas y profundas–recuerdo especialmente una donde hace un paralelo entre los libros y las armas- o de sus aventuras y desventuras –el reino prometido de sancho, la llegada a Catalunya, el ataque del rebaño de ovejas-. Y me alegra saber no ser el único que ha tenido esta sensación, pues recientemente me encontré esta cita de otro creador de Universos, Jorge Luis Borges: “Siempre hay una suerte de felicidad cuando se habla de un amigo. Y creo que todos podemos considerar a Don Quijote como un amigo”.

Yo no sé si pueda considerar al Quijote, a Don Quijote, como un amigo, pero si, como uno de los grandes tipazos de la literatura.

De este libro, además del gran recuerdo, me quedan tres "tics" y una manía: Uno tiene que ver con poner la fecha de inicio y de finalización de cada libro que me leo, así como la ciudad donde inició y donde termino su compañia. Otro tic tiene que ver con la perdida de miedo hacia los "clásicos" y ahí incluyo a Homero, Goethe, Swift, Shakespeare, que por ser "clásicos" los leía como "hay que leerlos", ahora, esos mismos libros los enfrento como "como no leerlo, si han permanecido el paso de los siglos, debe ser por algo". El tercer tic tiene que ver con el momentum para enfrentar un libro: libros como este no deberían ser de lectura obligada en el colegio. Me quedaron esos tres tics y una manía: la edición de los libros. El Quijote me enseñó que una edición adecuada hace que el libro más denso se vuelva ligero en las manos, cuando es la equivocada, como fue mi caso, el buen libro se vuelve casi en una carga que hay que sufrir.

martes, octubre 04, 2011

Dioses, políticos, horóscopos y economistas


La teoría social de la conspiración (...) es una consecuencia de la desaparición de Dios como punto de referencia, y de la consiguiente pregunta: “¿Quién lo ha reemplazado?”
Karl Popper
.·.
Todo es culpa de los Ángeles Envidiosos. Y lo mismo vale para la vida de todos los días. Como los desastres bursátiles. Se producen porque cada uno adopta una decisión equivocada, y la suma de todas las decisiones equivocadas crea el pánico. Después el que no tiene nervios de acero se pregunta: ¿Quién ha urdido esta conspiración? ¿A quién beneficia?
Y pobre del que no logre descubrir un enemigo que haya conspirado, porque se sentiría culpable. Mejor dicho, como se siente culpable, inventa una conspiración, inventa muchas. Y para desbaratarlas tiene que organizar su conspiración propia.
Cuantas más conspiraciones atribuye a los otros, para justificar su falta de entendimiento, más se enamora de ellas, y las toma como modelo para construir la suya.
Umberto Eco, El péndulo de Foucault.
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Estas dos citas extraídas del libro de Umberto Eco me sirven para escribir sobre algo que va en contra de una gran parte de los comentarios que oigo, leo y escucho sobre la actual crisis económica. Esas voces mayoritarias (¿demagógicas?), argumentan, palabras más, palabras menos, que esta crísis ha sido orquestada, diseñada y ejecutada muy sabiamente por un conjunto de instituciones difusas que quieren poner en jaque la economía de los países, para así obtener más dinero y hacerse cada vez más ricas. En resumen: Unos Ángeles Envidiosos que buscan provecho en el dolor ajeno.  

Sinceramente a mí esa teoría conspiratoria, la verdad que no me convence y eso que a estas teorías conspiratorias siempre les dejo abierta una ventana para que alimenten mi imaginación.
Antes de seguir, quiero aclarar que no dudo que en todo esto esté involucrado un grupo de inversores (grandes, medianos, pequeños y minúsculos) cuyo único interés ha sido aprovechar estos momentos de coyuntura para obtener el máximo de ganancias. Eso no me cabe la menor duda. Pero de ahí, a explicar la crisis como si estos inversores estuvieran coordinados y confabulados contra la sociedad para ganar este round, me resulta casi imposible de creer. La razón me parece sencilla: Organismos que buscan beneficio individual confabulando para trabajar por un beneficio común, me resulta tan raro como una federación de organizaciones anarquistas. Sin embargo, repito, eso no quita que esos inversores estuvieran a la espera de estos momentos, para, como un comando militar, "entrar, golpear y salir".

Y no, no me puedo creer que exista un plan para que todo esto ocurra. Pues muchos de aquellos que en épocas pre-crisis se ufanaban de su gran visión de negocios, de su inteligencia y de lo justa que es la vida al darles las cosas que deseaban. Son casi los mismos que hoy, con su visión, inteligencia y sentido de justicia, se declaran las mayores víctimas de ese complot. Y cuando digo "muchos de aquellos" me refiero sin mayores diferencias a personas, empresas y países. 

Y tampoco me creo que sea una confabulación orquestada por unos pocos para engañar a una de las generaciones con un nivel educativo y una disponibilidad de acceder a la información que, en el papel, les permitiría valorar en sus justas proporciones los riesgos de esas maravillosas oportunidades. Pero esta generación tan bien educada e informada, hizo (¡hicimos!) caso omiso de todo eso, para lanzarse a adquirir hipotecas y prestámos de cosas necesarias e hipervaloradas, con el único pensamiento de "tonto el que no pille". 

Si alguien me pregunta como explicaría esta crisis, le diría que esto es como el vendedor de droga que a la salida de una escuela, buscando nuevos clientes, se dedica a regalar a quien quiera su producto. La única diferencia es que en este caso, no estamos hablando de una escuela donde las personas van a aprender a leer, sino de un colegio donde se nos han explicado los riesgos que la droga tiene. Sí, creo que hay que asumirlo, tomamos la droga de forma voluntaria y consciente de sus riesgos, y eso nos deja con que la única confabulación que existe es aquella que nos hace ser seres únicos en la naturaleza: confabular contra nuestro propio sentido común.

Por eso es que necesitamos la existencia de dioses, políticos, horóscopos y economistas: pues ellos nos sirven para explicar el dolor que causan nuestras propias acciones. Son ellos los confabuladores. Son ellos los únicos culpables de mi dolor. Fueron solo ellos y nosotros no tuvimos nada que ver en la construcción de esta trampa en la que entramos sabiendo que costaría mucho salir de ella. 

Pero no, no solo fueron ellos...


***
Con lo anterior no considero inocentes a las personas e instituciones no cumplieron con su responsabilidad de evitar la existencia de los "vendedores de droga" a la salida del colegio, ni tampoco son inocentes aquellos irresponsables dirigentes políticos, económicos y sociales por la patética forma en que han gestionado esta crisis.
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