sábado, enero 12, 2008

Colombia paradójica

Me gusta andar, pero no sigo el camino
lo seguro ya no tiene misterio,
me gusta ir con el verano muy lejos,
pero volver donde mi madre en invierno.
Y ver los perros que jamás me olvidaron
y los abrazos que me dan mis hermanos,

No soy de aquí, ni soy de allá
no tengo edad, ni porvenir,
y ser feliz es mi color de identidad.

Alberto Cortéz (una versión de Facundo Cabral en
www.youtube.com)
____

Después de más de un año sin sentir el verde y la inmensidad de las montañas de Colombia, este fin de año pude volver a hacerlo con la tranquilidad de quien sabe que "su tierra" es un punto indefinido (¿inexistente?) entre uno y otro lado del Atlántico. Esa sensación de ser un alma en constante movimiento permite tener una percepción privilegiada del entorno: tus sentidos se vuelven más detallistas, ves cosas terribles en hechos banales, pero en otras ocasiones algunas pequeñas maravillas cotidianas te llenan el alma. Con esos ojos y con esa piel fue mi n-simo viaje a esa esquina de Suramérica que por más que quieras nunca te decepciona, es posible que algunas veces te asuste pero justo después te dará una sorpresa que sin entender porqué, le da un sentido a la vida.

Quizás esa sensibilidad fue la me permitió escuchar en una cafetería del norte de Bogotá los "hechos cotidianos" que contaba una pareja de ancianos que se sentó junto a mi mientras esperaba mi primera changua del viaje:

-... en serio se lo llevó la policía?
- Si, imagínate que iba a por la calle a eso de las dos de la mañana cuando sin saber como ni cuando, se encontró en medio de una pelea con unos desconocidos y afortunadamente paso por ahí un carro de la policía y se los llevó a todos a la cárcel durante una noche.
- ¿Pero sin razón o motivo aparente se pusieron a pelear?
- Me dijo que fue por defender el honor y hacerse respetar, pues el otro grupo los estaba mirando mal.
- Dios mio!!!. Como en pleno siglo 17 cuando se batían a duelo por el honor irrespetado.
- Este barrio ya no es lo que era. ¿Te acuerdas del hijo de la señora que vivía en el apartamento que está encima del mio?
- Si claro, el que estudia en la Universidad A. Muy serio y tranquilo ese joven. ¿Qué le pasó?
- Pues saliendo de un bar, le robaron todo lo que llevaba y al parecer o iba muy borracho o le dieron escopolamina pues él no se acuerda de nada.
- Pero eso no es nada, ¿te acuerdas de mi vecino?. Pues resulta que dejó 5 minutos el carro en la calle mientras entraba a un banco y le robaron el equipo de sonido.
- Increíble, si hace tan solo un par de semanas se le intentaron meter a la casa y...

En ese momento, cuando iba a escuchar el quinto delito del día, llegó mi ansiada changua y preferí disfrutarla sin prestar tanta atención a lo que me rodeaba.

Si, esa es Colombia. Un país donde es difícil entender como en el mismo barrio que ocurre todo eso, media hora antes había entregado las llaves de mi carro a un desconocido, "por si tenía que mover el carro para dar vía a otros", con la mayor tranquilidad; un carro que estaba lleno de maletas con regalos para navidades y documentos personales. A pesar que la conversación de los ancianos me dejó un poco paranoico pensando que mis regalos iban a ser el quinto delito del que tuviera conocimiento, cuando regresé al carro, tal y como yo lo esperaba, no faltaba nada, estaban las llaves de la casa, unas cuantas monedas, las gafas de sol y los regalos. Lo único extraño fue que habían movido el carro del sitio donde lo había dejado.

Esa, y no otra, es la Colombia que extraño. La Colombia de verdad y llena de esas pruebas increíbles de confianza y honestidad en un entorno de inseguridad y paranoia. Una Colombia que me había contado cuatro delitos recientes en menos de 5 minutos y que a pesar de haber confiado mi carro a un desconocido, todo estaba en su sitio.

Sin embargo, y a pesar de extrañarla, esas son las cosas que me cuestan trabajo entender de Colombia. Si uno sale a la calle en el carro, siempre se está pendiente de tener todos los seguros puestos, pero cuando llegamos a un parqueadero, entregamos las llaves del carro a un total desconocido y fuera de eso nos sentimos más tranquilos!... No entiendo a Colombia y quizás esas paradojas sean parte de los motivos para que propios y extraños se apasionen con ella.

Para terminar esta entrada de contradicciones colombianas, mencionar que los últimos días estuve en Iza (Boyacá) en un hotel donde, por cuestiones tecnológicas, no se pude pagar con tarjeta y el efectivo que tenía no era suficiente. Por este motivo el dueño del hotel no tuvo mayor inconveniente en decirme que si quería nos veíamos en el centro de Sogamoso (a unos 10 kilómetros del hotel), donde había un cajero automático, y allí le pagaba el dinero. Lo sorprendente de esto, es que el dueño no tenía ningún, pero ningún dato mío, a duras penas un número de teléfono y mi nombre (que hubieran podido ser falsos). Nada más, ni documento de identificación, ni fianza, nada. El dueño del hotel le bastó mi palabra para dejarme ir con maletas, llaves de la habitación entregadas y carro y sin dejar ninguna garantía a cambio (bueno, tan solo la costumbre del siglo 17 de dejar la palabra empeñada). Según lo acordado, nos vimos 1 hora después para pagarle la deuda de tres noches de hotel.

Comparar es malo, pero no puedo evitarlo. Ahora mientras escribo estas palabras me acordé de alguna ocasión en que en un restaurante de Barcelona en el momento de pagar mi comida me encontré en la misma situación (sin dinero y sin posibilidades de pagar con tarjeta), pero el dueño del restaurante me pidió que le dejara mi documentación como garantía. Era de noche y no conocía la zona; dí varias vueltas buscando el dichoso cajero automático hasta que por fin lo encontré, saqué dinero y pude pagar para recuperar mi identificación. Tengo que decir que mientras buscaba ese cajero en ningún momento me sentí con miedo a ser robado en ninguna de las solitarias calles que recorrí, el único que temía ser robado era el dueño del restaurante.

***
Aprovechando "este momento de efervescencia y calor" patriótico con que está escrita esta entrada, quiero dejar dos canciones que unidas pueden dar una idea de lo ese sentimiento tan extraño que es sentirse Colombiano. Pues como dice Jorge Luis Borges en uno de sus cuentos: "Qué es ser colombiano? -No sé-le respondí-. Es un acto de fe".

Soy Colombiano (Silva y Villalba)
Ciudad pacífico (Ekhymosis - el grupo con el que Juanes comenzó a ser reconocido)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Oscar, qué buena entrada. Lograste explicar algo que he intentado decir yo también. Es esa idea de que Colombia es una sociedad regida por codigos de honor/desagravio, confianza/desconfianza, y donde las faltas se pagan con sangre, sudor y lagrimas. De donde viene todo eso? Siglo XVII?

o-lu
http://socioenlinea.blog.lemonde.fr/

Anónimo dijo...

PS: qué bonitos los verdes de Boyaca.

o-lu
http://socioenlinea.blog.lemonde.fr/

Unknown dijo...

o-lu

Sobre de donde viene todo eso, curiosamente ahora estoy leyendo el libro "La Violencia en Colombia"... es la misma pregunta que me hago cuando leo las mismas barbaridades de hoy en día pero hechas hace 50 años y me alegra que también existían las mismas maravillas cotidianas de hoy en dia...

en fin... siempre nos quedarán los verdes de Boyaca.

Gracias...

omchamat
http://lasmiradasperdidas.blogspot.com

amanecer dijo...

Hola, hace poco una de mis compañeras estudiante de 4 semestre de derecho me solicito ayuda para realizar un ensayo sobre ¿porqué debo vivir en Colombia?, ella quería que yo se lo ayudara a realizar describiendo lo maravilloso que es para ella Colombia, pero a mi mente solo llegaban frases como: secuestro, narcotráfico, violencia, muerte, la peor política, violación a los derechos humanos, pez gordo consumiéndose al pez chico y etc,etc...etc, al ver su rostro de poca aprobación sonreí y decidí nombrarte en su ensayo con tu entrada, incluyendo que si alguien tiene duda de lo hermoso que es vivir en Colombia bastaba con leerte, y hoy me encuentro curiosamente con "Colombia paradójica" una maravilla. su ensayo finalizo colocando en la balanza el inicio contra el final una Colombia con paisajes maravillosos, agua potable, gente que cree en la gente, el mejor de los climas, oxigeno puro, raíces negras amando su tierra, y mi etc,etc...etc. balanza cuyo final siempre pesara más que el inicio.

Unknown dijo...

Amanecer...

Con tus comentarios siempre tan generosos dan ganas de seguir compartiendo mis miradas perdidas...

Sobre Colombia... que se puede decir... es tan extraña, compleja y apasionante que todavía sigo sin saber que pesa más en todo eso...

Hasta pronto.. y gracias por tu compañia

omchamat

Candidatos Presidencia dijo...

Tienes toda la razón con esta entrada, uno de los temas a tratar es la inseguridad, y con la cercania de las elecciones 2010, los candidatos haran enfasis en este tema, pienso que para tomar una decisión como la de quien va a gobernar nuestro país durante 4 años debemos estar muy bien informados y no caer en ideas populistas, no hace mucho encontré un artículo referente al tema en un portal colombiano dedicado a brindar información acerca de las elecciones 2010.

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