martes, octubre 04, 2011

Dioses, políticos, horóscopos y economistas


La teoría social de la conspiración (...) es una consecuencia de la desaparición de Dios como punto de referencia, y de la consiguiente pregunta: “¿Quién lo ha reemplazado?”
Karl Popper
.·.
Todo es culpa de los Ángeles Envidiosos. Y lo mismo vale para la vida de todos los días. Como los desastres bursátiles. Se producen porque cada uno adopta una decisión equivocada, y la suma de todas las decisiones equivocadas crea el pánico. Después el que no tiene nervios de acero se pregunta: ¿Quién ha urdido esta conspiración? ¿A quién beneficia?
Y pobre del que no logre descubrir un enemigo que haya conspirado, porque se sentiría culpable. Mejor dicho, como se siente culpable, inventa una conspiración, inventa muchas. Y para desbaratarlas tiene que organizar su conspiración propia.
Cuantas más conspiraciones atribuye a los otros, para justificar su falta de entendimiento, más se enamora de ellas, y las toma como modelo para construir la suya.
Umberto Eco, El péndulo de Foucault.
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Estas dos citas extraídas del libro de Umberto Eco me sirven para escribir sobre algo que va en contra de una gran parte de los comentarios que oigo, leo y escucho sobre la actual crisis económica. Esas voces mayoritarias (¿demagógicas?), argumentan, palabras más, palabras menos, que esta crísis ha sido orquestada, diseñada y ejecutada muy sabiamente por un conjunto de instituciones difusas que quieren poner en jaque la economía de los países, para así obtener más dinero y hacerse cada vez más ricas. En resumen: Unos Ángeles Envidiosos que buscan provecho en el dolor ajeno.  

Sinceramente a mí esa teoría conspiratoria, la verdad que no me convence y eso que a estas teorías conspiratorias siempre les dejo abierta una ventana para que alimenten mi imaginación.
Antes de seguir, quiero aclarar que no dudo que en todo esto esté involucrado un grupo de inversores (grandes, medianos, pequeños y minúsculos) cuyo único interés ha sido aprovechar estos momentos de coyuntura para obtener el máximo de ganancias. Eso no me cabe la menor duda. Pero de ahí, a explicar la crisis como si estos inversores estuvieran coordinados y confabulados contra la sociedad para ganar este round, me resulta casi imposible de creer. La razón me parece sencilla: Organismos que buscan beneficio individual confabulando para trabajar por un beneficio común, me resulta tan raro como una federación de organizaciones anarquistas. Sin embargo, repito, eso no quita que esos inversores estuvieran a la espera de estos momentos, para, como un comando militar, "entrar, golpear y salir".

Y no, no me puedo creer que exista un plan para que todo esto ocurra. Pues muchos de aquellos que en épocas pre-crisis se ufanaban de su gran visión de negocios, de su inteligencia y de lo justa que es la vida al darles las cosas que deseaban. Son casi los mismos que hoy, con su visión, inteligencia y sentido de justicia, se declaran las mayores víctimas de ese complot. Y cuando digo "muchos de aquellos" me refiero sin mayores diferencias a personas, empresas y países. 

Y tampoco me creo que sea una confabulación orquestada por unos pocos para engañar a una de las generaciones con un nivel educativo y una disponibilidad de acceder a la información que, en el papel, les permitiría valorar en sus justas proporciones los riesgos de esas maravillosas oportunidades. Pero esta generación tan bien educada e informada, hizo (¡hicimos!) caso omiso de todo eso, para lanzarse a adquirir hipotecas y prestámos de cosas necesarias e hipervaloradas, con el único pensamiento de "tonto el que no pille". 

Si alguien me pregunta como explicaría esta crisis, le diría que esto es como el vendedor de droga que a la salida de una escuela, buscando nuevos clientes, se dedica a regalar a quien quiera su producto. La única diferencia es que en este caso, no estamos hablando de una escuela donde las personas van a aprender a leer, sino de un colegio donde se nos han explicado los riesgos que la droga tiene. Sí, creo que hay que asumirlo, tomamos la droga de forma voluntaria y consciente de sus riesgos, y eso nos deja con que la única confabulación que existe es aquella que nos hace ser seres únicos en la naturaleza: confabular contra nuestro propio sentido común.

Por eso es que necesitamos la existencia de dioses, políticos, horóscopos y economistas: pues ellos nos sirven para explicar el dolor que causan nuestras propias acciones. Son ellos los confabuladores. Son ellos los únicos culpables de mi dolor. Fueron solo ellos y nosotros no tuvimos nada que ver en la construcción de esta trampa en la que entramos sabiendo que costaría mucho salir de ella. 

Pero no, no solo fueron ellos...


***
Con lo anterior no considero inocentes a las personas e instituciones no cumplieron con su responsabilidad de evitar la existencia de los "vendedores de droga" a la salida del colegio, ni tampoco son inocentes aquellos irresponsables dirigentes políticos, económicos y sociales por la patética forma en que han gestionado esta crisis.

2 comentarios:

Andreu dijo...

Es obvio que cada uno de nosotros tenemos que asumir las consecuencias de nuestras decisiones. Pero no debemos olvidar que existen lo que yo denomino "encantadores de serpientes"; individuos capaces de distorsionar y camuflar la realidad presentando las circunstancias como algo natural y lógico.
Nuestra clase política y financiera han sido y son unos auténticos encantadores de serpientes que por añadidura han poseido y poseen el control de los medios de comunicación.
No podemos aceptar que ahora nos transfieran la culpabilidad de lo que nos acontece, al fin y al cabo fueron ellos los que nos indujeron a tomar ciertas decisiones mediante el uso de las malas artes de un encantador de serpientes

Unknown dijo...

Andreu...
Tu punto es mi punto. Tus encantadores de serpientes son mis vendedores de droga, vendedores que nunca fueron debidamente controlados para evitar su masiva presencia en la salida de los colegios, de las puertas de mi casa. Ellos -los vendedores y los que deberian evitar su presencia- tienen mucha culpa, pero nosotros tambien tenemos culpa en aceptar ese dulce envenenado...
Y no, evidentemente no es (del todo) justo que nosotros paguemos todas las consecuencias de todo esto... la justicia tiene mucho de proporcionalidad y ahora la proporcionalidad es uno de los valores que nos hemos dado cuenta que habiamos perdido y se ha hecho evidente en las soluciones planteadas.

gracias por la compañia

omchamat

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