Mientras escribo esta entrada, por la televisión, por la prensa impresa, por internet, por cualquier sitio donde quepa una imagen y un mensaje, se habla y se cacarean las promesas electorales de las n-simas elecciones de las que soy testigo en España. Así que en ese marco es que escribo estas líneas.
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No sé desde cuando se viene anunciando que las reservas de agua en Cataluña, y creo que en todo España, tienen unos niveles críticos, pero una búsqueda rápida y sencilla en internet me muestra que las primeras noticias en este sentido son de hace un año. En promedio, los embalses -o pantanos como se llaman en España- tan solo están a un 25% de su capacidad, cuando para estas fechas la media histórica se ha situado en torno al 50%. Esto quiere decir que existe un riesgo real de desabastecimiento de agua. Sin embargo, y para gran sorpresa mía, desde los responsables políticos no he visto el diseño de una estrategia de sensibilización sobre el uso racional de este preciado líquido. Ni siquiera de los partidos que se autoproclaman "verdes" he visto algún gesto importante en este sentido. La pasividad que han guardado las instituciones responsables de gestionar esta posible crisis, me sorprende aún más cuando pienso en las variopintas campañas de sensibilización que he visto en estos seis años que llevo en este lado del charco: "recoja los desechos de su perro" o "Barcelona, la mejor tienda del mundo", tan solo para mencionar un par. Sin embargo no puedo negar que estas dos campañas son importantes, ¿pues a quien le gusta pasear por la mejor tienda del mundo con olorosos desechos pegados a los pies?. En fin. Como en cualquier tienda, hay de todo un poco.
Pero bueno, tengo que admitir que estas mismas instituciones y partidos políticos han planteado respuestas muy coherentes con la sociedad solidaria y responsable en que ellos nos dicen que vivimos: traer agua en barcos desde Francia. Sencillo, efectivo y popular (¿populista?). Son unos genios, hay que decirlo. Pues mientras que ellos garantizan el servicio de agua en nuestras casas, evitan perder votos -los votantes son lo de menos- en medio de esta campaña pre-electoral. Es más, incluso pueden, no me extrañaría que lo hicieran, enorgullecerse de tener respuestas reales a los problemas de la gente. No importa que hace unos años se planteara la misma solución (traer agua en barcos) y que en esa entonces, cuando llegaron al puerto los barcos, tuvieran que desechar toda el agua que traían, pues la pintura de los tanques en que la traían había alterado su sabor. Pero no creo que en esta ocasión vuelva a ocurrir, hoy en día se tomaran las medidas correspondientes para evitar un fracaso como ese, no se nos olvide que estamos en época de elecciones y cualquier error se paga con votos.
En realidad, creo que los políticos hacen todo esto para que los que pueden votar se concentren en pensar con tranquilidad a quien le van a entregar la administración de la ciudad. Pero eso sí, todos les deberíamos estar agradecidos por no diseñar campañas para hacer un uso más eficiente del agua. Que pereza que entre la subida de precios que siempre ocurre en Enero y las compras casi siempre inútiles de la época de rebajas, tengamos que soportar día y noche una campaña que nos diga que el agua es escasa y que es mejor ahorrarla: pues "para eso pago mis impuestos, para que los políticos gestionen bien la ciudad", además, como sugirió un ex-presidente español sobre la medida de hacer controles de velocidad y de alcoholemia en las carreteras: yo ya estoy grandecito para que alguien me diga que debo hacer.
Por eso, desde este humilde espacio, quiero agradecer a los políticos por regalar 650.000 dispositivos economizadores de agua y no decirme que lo mejor es hacer lo mismo con menos agua.
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