martes, mayo 27, 2008

Tragedia en siete actos

"... usted cree que se acaba el tráfico de drogas y el narcoterrorismo con la muerte de Pablo Escobar?"

Colombia: Las memorias de un país sin memoria.


En un comienzo se consideró que el propósito y el fin del derecho eran mantener la paz. Ahora bien, ¿qué se ganaba con mantener la paz? Muy sencillo: se conservaba el orden social. De modo que el propósito y el fin del derecho eran, sin duda, preservar el
statu quo. Lo que ningún filósofo del derecho pudo aclarar nunca fue para qué diablos se necesitaba, distinguidos amigos, preservar el statu quo.

Novela del poder y la infamia. p. 372. Germán Espinosa. Editorial Alfaguara. 2006. Bogotá.

Muchas veces siento que en Colombia la forma en que se ejerce el derecho y administra justicia está explicada en párrafo anterior.Tan solo hace falta cambiar la palabra paz por guerra y se entiende a lo que me quiero referir.

***

Primera escena: Un país se encuentra desbordado por sus muertos, cansado de la violencia que vive desde décadas, por la corrupción de sus políticos, por el narcotráfico. Este país encuentra la esperanza en la bondad de su gente, en sus paisajes, en su riqueza natural, en su biodiversidad, en su cultura.

Segunda escena: En este país, y después de un fracasado intento de lograr la paz, es elegido un presidente con un pasado político algo gris y por primera vez en la historia logra ponerle nombre, rostro y cuerpo a un único enemigo en torno al cual todo el país se una. La lucha de este presidente ya no es contra la pobreza, la corrupción, el narcotráfico o el hambre, todos ellos males terribles para cualquier sociedad, pero que no tienen un único nombre y un único rostro. Son miles los narcotraficantes o los corruptos, el hambre es un fantasma que recorre las regiones apartadas de la ciudad, la pobreza es de donde no hemos podido salir del todo. Este presidente convence al pueblo que una vez sea derrotado uno de los dos actores de la guerra que están al margen de la ley, los otros males desaparecerán. El pueblo le cree en las urnas y en las encuestas le siguen creyendo.

Tercera escena: En el medio de un gran debate político que traspasó fronteras, el presidente modifica la constitución para poder ser re-elegido y aprueba un marco legal para que se pueda negociar con el que ha identificado como el menos-enemigo del país y que con sus gestos ahora son amigos de la paz. El pueblo extasiado ve con tranquilidad el futuro. Hay presidente pa' rato se oye decir.

Cuarta escena: La lucha contra el más-enemigo parece que la va ganando el gobierno a pesar de múltiples denuncias de abusos de autoridad por parte de la fuerza pública en contra de la población civil (que coincide muchas veces con la población que siempre ha sufrido la guerra). Las negociaciones con el menos-enemigo también avanzan, pero con muchas dudas, tensiones e incertidumbres. El pueblo pletórico, ve cercana la ansiada paz.

Quinta escena: Una vez que los menos-enemigos están en la cárcel, el gobierno dice que la labor está casi cumplida y que ese enemigo ya no seguirá delinquiendo. Incluso son tan inofensivos que los invitan a hablar en el congreso (que al final parece que era más bien una reunión de inversores). Con esta visita, parece que pasan de ser menos-enemigos a casi-amigos. Mientras tanto, los más-enemigos siguen perdiendo espacio militar (el político hace tiempo que lo perdieron). El pueblo aplaude al presidente. El presidente rompe los récords de popularidad. El pueblo unido jamás será vencido. Unido con el presidente, por supuesto!!... el resto?... como mínimo son catalogados de ciegos ante la evidencia, cuando no terroristas, mamertos, comunistas, cómplices de los más-enemigos...

Sexta escena: Los menos-enemigos se vuelven un gran-enemigo para el gobierno pues comienzan a revelar relaciones indebidas entre ellos y el congreso, el mismo congreso al que fueron invitados a hablar. Algunos nos preguntamos si al final el menos-enemigo y el gobierno (como instituciones) van a resultar siendo lo mismo. Los medios de comunicación -no el gobierno- son los primeros en hacer público que los menos-enemigos siguen delinquiendo desde la cárcel. En el otro lado, los más-enemigos siguen en su cárcel de selva tratando de encontrar sus ideas políticas que están refundidas entre secuestrados, droga, extorsiones y víctimas civiles. El pueblo ante la confusión reinante, sigue aplaudiendo.

Séptima escena: En un intento de evitar o castigar -todavía no entiendo que parte de castigo y de evasión hay en esa decisión- los menos-enemigos son extraditados por sorpresa al palacio de los super-amigos, pues el gobierno descubrió que seguían delinquiendo desde las cárceles (ver escena anterior) y existía la posibilidad de seguir haciéndolo. Una de las razones para extraditarlos, era que tenían que responder ante la sociedad de los super-amigos por los daños ocasionados por el envío de sus cargamentos de cocaína que les permitía comprar armas para seguir con esta guerra, esta puta guerra. La lógica es sencilla yo doy cocaína, tu me das armas. Mientras responden por sus delitos en el palacio de los super-amigos, en el país donde cometieron miles de asesinatos y desapariciones,las víctimas directas se quedan con la incertidumbre de saber que las únicas personas que les podían decir donde están su familiares desaparecidos hace años, se estaban yendo. En todo este embrollo, los más-enemigos, siguen acumulando bajas importantes. El fin del más-enemigo está cerca, el menos-enemigo está cumpliendo con la justicia (no importa la justicia de donde). El pueblo entra en éxtasis. El pueblo unido no fue vencido.

Escena final: Un país se encuentra desbordado por sus muertos, cansado de la violencia que vive desde décadas, por la corrupción de sus políticos, por el narcotráfico. Este país encuentra la esperanza en la bondad de su gente, en sus paisajes...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Entrada complicada, parece ficcion , pero como casi toda ficcion resulta en muchos casos superada por la cruel realidad.La gran esperanza es que toda la gente buena de este pais tiene la piel suficientemente dura para aguantar y sobrevivir a enemigos may y menos enemigos pero principalmente a los amigos que son los dueños y defensores del statu quo.No hay mal que dure cien años ni pueblo que lo resista. och

Unknown dijo...

OCH

La piel dura para aguantar y sobrevivir... creo que eso es lo que nos ha llevado a esta situación. Quizás si tuvieramos un poco menos de piel dura, la cosa se resolveria. Sin embargo, soy plenamente consciente que sin esa piel dura, nadie podría sobrevivir a este país de ficción que es Colombia.

Por otro lado, también es cierto que la entrada es complicada... pero no tanto como la realidad

gracias por su compañia

omchamat

calorama cavila dijo...

la mejor entrada!...

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