jueves, noviembre 01, 2007

Lo siento, el presidente de Colombia no me gusta

Lo siento, el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, no me gusta. Incluso algunas veces me da miedo. ¿Por eso soy antiuribista?... no creo. Tampoco me gusta el Partido Comunista y también me darían miedo si llegan al poder, pero no soy anticomunista. Me gustan, respeto y disfruto a las personas que defienden posiciones radicales, pero me dan miedo y evito a los que defienden a ojo cerrado (generalmente también tienen la mente cerrada) las posiciones extremistas.(ver esta entrada).
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Un breve comentario sobre la siguiente entrevista a un político ruso y en la cual no pude evitar hacer paralelos con lo pasa en Colombia:
P. ¿Qué distingue a su Gobierno de los dos posteriores?
R. La diferencia principal es que hasta 2004, Rusia seguía el rumbo de los noventa, cuando se aprobó una constitución que establecía un Estado democrático con economía de mercado, respeto a la propiedad privada y a los derechos humanos. Hubo cosas inacabadas y errores, porque aquí la democracia nunca existió y no acabó de construirse, pero la orientación era correcta y yo creía avanzar con Putin por ese camino. Pero cuando ocurrió la tragedia de Beslán (el secuestro, el 1 de septiembre de 2004, de alumnos y profesores de una escuela en Osetia del Norte que dejó más de 300 víctimas mortales), el presidente, en lugar de reforzar la seguridad ciudadana en respuesta al acto terrorista, aprovechó la situación para cambiar de rumbo. Muchos no valoraron entonces el peligro, pero hoy se ve que hemos retrocedido. No tiene ninguna importancia quién dirige el Gobierno, porque al frente de todo está Putin y él es a la vez presidente y jefe de gobierno. No hay división de poderes. Ni el Gobierno ni el Parlamento funcionan como órganos independientes.
P. ¿Qué móviles rigen la política rusa?
R. Lo que le gusta al presidente.*
Recientemente leí que el principal asesor del presidente colombiano para defender a su jefe de las acusaciones de haber participado en política en las pasadas elecciones -algo en lo que todos los medios de comunicación y de opinión han coincidido en que fue así-, argumentó, entre otras sofismas de distracción, que el presidente “tiene una inteligencia superior”. Desde pequeño siempre he creído que para ser presidente de un país tan complejo como Colombia se necesita una de las siguientes tres características: un ansía de poder inmensa, ser muy ignorante y no saber donde se metía o tener una inteligencia superior y "ver más allá de lo evidente". Generalmente ha sido algo de las dos últimas con mucho de la primera. Sin embargo, ¿que uno de los argumentos para defenderse de un delito sea tener una "inteligencia superior" es válido?, peor aún ¿es serio?

Cuando oigo hablar al defensor del presidente (José Obdulio Gaviria) -es una necesidad vital de mi lado masoquista- siempre me acuerdo de Squealer el personaje de Animal Farm y que mencioné en una entrada anterior.

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*Parte de la entrevista realizada a Mijaíl Kasiánov, ex-jefe de gobierno de Vladimir Putin y publicada en El País de España el pasado domingo 28 de Octubre

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