lunes, septiembre 18, 2006

Lejía para la conciencia...

Romeu. Año de nacimiento: 1996. Nacionalidad: Angoleña. Señas particulares: Mutilación pierna derecha.
Casilda. Año de nacimiento: 2001. Nacionalidad: Angoleña. Señas particulares: Mutilación femur derecho y lesión tobillo izquierdo.
Luciana. Año de nacimiento: 1992. Nacionalidad: Angoleña. Señas particulares: Amputación pierna izquierda.

Hay cosas que cuesta trabajo entender. Buenas intenciones dificiles de justificar.

En los países desarrollados y que gozan de una elevada calidad de vida está de moda el fenómeno de la economía solidaria, trabajos con el tercer sector, las ONGs y todo lo que tenga que ver con ayudar a los países en vía de desarrollo. Todas estas actividades tienen, en la mayoría de veces, una intención transparente de ayudar a los que más lo necesitan. Sin embargo -siempre hay un "pero"- en algunas ocasiones, desafortunadamente muchas, sus proyectos se encaminan a hacer el bien de acuerdo a unos esquemas de desarrollo y de calidad de vida totalmente diferentes a los que tienen los futuros beneficiarios. Los que promueven esas acciones dan por sentado que el concepto de desarrollo de esos países está totalmente equivocado, y que el ideal es el nivel de vida que disfrutan el 10% de la población mundial y que consumen cerca del 80% de los recursos del planeta -lo cual en si mismo es una muestra de lo eficiente que resulta ese concepto de desarrollo.

Romeu y Casilda desde pequeños han tenido que convivir con las consecuencias que les dejó el haber pisado una mina antipersonal. En un país en el cual 100.000 personas han sufrido algún tipo de mutilación por las minas y donde hay una mina por cada dos personas, la situación de estos niños podría ser considerada como una más, sin quitarle valor al enorme drama personal que representa esta situación para cada uno de ellos. El semestre pasado una organización internacional y dos ONGs de Barcelona decidieron que estos niños deberian tener un mejor futuro y era necesario traerlos a España para hacerles una protesis y permitirles una nueva vida.

Hagamos cálculos apróximados de lo que costó traer a tres niños y una acompañante: Viaje Luanda-Barcelona-Luanda, 3.000 euros por persona, es decir 12.000 euros. Los niños estuvieron 8 horas diarias acompañados por voluntarios que permitieron que los niños estuvieran a cargo de por lo menos una persona local. Si estas personas hubieran donado el costo de su tiempo a razón de siete euros la hora -lo que cobra una niñera promedio-, y teniendo en cuenta que los niños estuvieron tres meses, se hubieran recogido 3.400 euros. Para hacer más fáciles los cálculos, no considero gastos de hospitalización, la protesis, traslados, comida... Es decir que la inversión teniendo en cuenta solo el traslado y atención, asciende a más de 15.000 euros. Si se tiene en cuenta que el ingreso mensual de una persona promedio en Angola, en el mejor de los casos, es del orden de los 65 euros, resulta que se podrían pagar durante un año el salario a 20 personas, la plantilla de una empresa pequeña.

La semana pasada tuve la oportunidad de saber un poco más de estos niños y del cambio que se generó en sus vidas a raíz de este proyecto. Esto lo supe por medio de una periodista que le está haciendo el seguimiento y que estaba en Angola trayendo a de nuevo a Casilda, pues en el primer viaje y luego de tres meses en Barcelona, aparte de los exámenes de reconocimiento, no se le hizo, literalmente, nada. Así que de nuevo tiene que venir a Barcelona para reiniciar el proceso. Mientras tanto, Romeu y su familia estan a punto de perder su techo, una vivienda hecha de puertas de coche que han sido recogidas de la basura y puestas -como si estuviera lista para ser armada en cualquier otro sitio- en un terreno sin servicios de saneamiento. Sobre la prótesis que le pusieron a Romeu, no pude obtener noticias. Es probable que la haya vendido y ahora siga con sus muletas con las cuales yo lo ví jugar en el columpio, jugar golosa e incluso patear algún balón. Lo más probable es que esa prótesis, como muchas otras que donadas por organizaciones similares, haya sido vendida en el mercado negro para comprar agua o comida. No será la primera ni tampoco la última.

Esas "buenas intenciones" de estas organizaciones tienen en realidad alguna relación con las verdaderas necesidades de sus supuestos beneficiarios? Muchas veces lo dudo. Algunas organizaciones parecen hechas para traer un poco de realidad a este mundo de ficción que ha creado el verdadero concepto de desarrollo, y de paso permitir que sus voluntarios puedan decir que han colaborado con el transformar una vida. En el caso de Romeu y Casilda, no estoy seguro que esta transformación se concrete en algo significativo. La intención inicial de permitirle a estos niños volver a caminar sin ayuda de las muletas es indiscutiblemente buena, pero acaso estas organizaciones no deberían pensar primero en lo que realmente quieren y necesitan los niños y sus familias?. Acaso no sería mejor darle prioridad a las necesidades vitales antes que a esos problemas puntuales, que, de acuerdo al esquema del mundo desarrollado, son los que impiden el alcanzar una buena calidad de vida?.

Muchas veces siento que esas organizaciones están hechas para hacer un poco de limpieza de conciencias. Algunas de ellas podrían colgar un letrero: "Se vende lejía para conciencias; Resultados garantizados".

Mis miradas perdidas:

* Una fábrica de protesis con materiales locales y cuya mano de obra sea de afectados por las minas.

* Que algún día no sea necesario traer niños para mostrar que la tragedia de las minas es una realidad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

De buenas intenciones esta empedrado el camino al infierno. Estoy de acuerdo que pagar por acallar la conciencia no es nada nuevo. Sin embargo tengo confianza (y como todo colombiano que se respete esta confianza es desmedida e irracional) que otras iniciativas, buenas y sanas, tomen impulso de los individuos pero que a la larga cambie las instituciones(lo que llaman los gringos grassroots). Un ejemplo tonto: de acuerdo que el que cuatro "penjats" compren molas y mochilas de comercio justo no va a cambiar nada, pero que pasa si estos cuatro son 500,000? Hombre, al menos uno de ellos tiene que trabajar en una posición importante (no todos pueden tener tiendas de productos agrícolas ecológicos para "cultivos caseros"!). Y si esta persona es la encargada de la sección de estrategias económicas del gobierno? A quién le va a comprar este señor y cuales serán sus criterios?

Creo que no hay que subestimar el poder de la gente. El Partido Popular en España lo hizo y pagó las consecuencias, puede que el actual gobierno de Hungría también deba pagarlas. Los cristianos se tomaron el poder en el Imperio Romano cambiando una persona a la vez. Les tomó 3 siglos, pero cambiaron el curso de la historia de Occidente (no sé si para mejor o peor)

Unknown dijo...

Yo no planteo el subestimar la labor de los procesos "persona a persona". Sencillamente es una crítica a la posición de algunas personas que muestran con gran orgullo que han trabajado en una ONG, cuando en verdad por lo hacen "curiosidad", como algo "divertido". Creo que es una falta de respeto con las personas que realmente sufren esa "cosa divertida" que es la pobreza y el hambre. Hacia ellos, los que ven la pobreza y el hambre como una curiosidad, es que va dirigída mi crítica.

merci...

omch

Ana María Arango dijo...

Que fuerte Oscar!!!!
Sabías que acabo de terminar un documental sobre Cassinda, la niña de Angola de la que hablas? Tienes que verlo. Es cero crítico con este tema en concreto. De hecho muestra sólo una parte del problema. pro sería muy chevere si lo ves. Gracias por tu comentario!!
Un abrazo

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