... ese charco de miserias que llamábamos el barrio de las peleas de perro porque todos los perros del barrio estaban peleando en la calle desde hacía muchos años sin un instante de tregua...
Gabriel Garcia Márquez. El otoño del patriarca
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... así que se hizo cargo de interrogar a los cautivos de viva voz y de cuerpo presente para conseguir que le dijeran por las buenas la verdad ilusoria que le hacía falta a su corazón, pero no lo consiguió, los hizo colgar de una viga horizontal como loros atados de pies y manos y con la cabeza hacia abajo durante muchas horas, pero no lo consiguió, hizo que echaran a uno en el foso del patio y los otros lo vieron descuartizado y devorado por los caimanes, pero no lo consiguió, escogió uno del grupo principal y lo hizo desollar vivo en presencia de todos y todos vieron el pellejo tierno y amarillo como una placenta recién parida y se sintieron empapados con el caldo caliente de la sangre del cuerpo en carne viva que agonizaba dando tumbos en las piedras del patio...
... en una reunión clandestina donde encontraron hasta dos generales del mando supremo nos habían amedrentado con toda clase de amenazas y fue por eso que lo hicimos mi general, palabra de honor, y entonces él exhaló una bocanada de alivio, ordenó que les dieran de comer, que los dejaran descansar esa noche y que por la mañana se los echen a los caimanes, pobres muchachos engañados...
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"Luego venía "la instrucción de coraje": repartían a la gente en cuatro o cinco grupos "y ahí la descuartizaban", dice Villalba en la indagatoria. "El instructor le decía a uno: 'Usted se para acá y fulano allá y le da seguridad al que está descuartizando'."
De los cuartos donde estaban encerrados, las mujeres y los hombres eran sacados en ropa interior. Aún con las manos atadas, los llevaban al sitio donde el instructor esperaba para iniciar.
Villalba describe el proceso: "A las personas se les abría desde el pecho hasta la barriga para sacar lo que es tripa, el despojo. Se les quitaban piernas, brazos y cabeza.Se hacía con machete o con cuchillo. El resto, el despojo, con la mano. Nosotros, que estábamos en instrucción, sacábamos los intestinos".
"Ellos escogían a los alumnos para que participaran. Una vez, uno de los alumnos se negó. Se paró 'Doble cero' y le dijo: 'Venga, que yo sí soy capaz'. Luego lo mandó descuartizar a él."
A finales de año pasado, un informante contactó a un grupo de investigadores para narrarle cómo antes de que se aprobara la Ley de Justicia y Paz varios jefes 'paras' de Córdoba y Sucre empezaron a hacer, en algunas de sus fincas, lagunas artificiales para la cría de peces. Según el informante, gente de la zona le advirtió a los ingenieros que las construían, que estaba contribuyendo al ocultamiento de fosas. "Solo son indicios -dice un investigador-. Pero tendremos que secar un par de ellas para ver qué encontramos". Y añade que eso también explicaría por qué en fincas como El Palmar -campo de exterminio 'para' en Sucre- había caimanes y babillas. Al respecto, Iván Cepeda, investigador de violaciones a derechos humanos, asegura en uno de sus escritos que testigos le han manifestado que varios cadáveres fueron devorados por caimanes. La misma versión circula en Monpox con relación a una finca de 'Chepe Barrera'.
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El poner en paralelo los libros de Gabriel Garcia Márquez y la realidad no tiene nada de novedoso, y en especial en estos días que se le han hecho tantos homenajes con motivo de sus aniversarios (años, nobel y publicación de Cien años de soledad). De hecho, el origen de esta entrada está en un artículo de Antonio Caballero en la revista Semana donde se hace un ejercicio similar.
Con la reciente publicación de un especial en el periódico El Tiempo sobre los más de 10.000 desaparecidos que en los últimos años hemos dejado que ocurran en Colombia*, no pude evitar hacer un paralelo similar: La primera parte de esta entrada es un extracto del libro "El otoño del patriarca", la segunda es parte de la declaración de uno de los jefes de autodefensas sobre su "entrenamiento". Un texto es fruto de la fantasía del autor y el otro un producto de la realidad, sin embargo, por los hechos que describen, ¿sería posible diferenciarlos?.
Una mirada perdida:
Yo no entiendo como seguimos en este letargo infinito de no sorprendernos por este tipo de atrocidades. No entiendo como no sabemos que hacer frente a esta carnicería que ocurre en las afueras de nuestras ciudades. Creo que una de las muchas respuestas validas la tiene Bendición Alvarado, la madre del protagonista del libro, cuando dice: "si yo hubiera sabido que mi hijo iba a ser presidente de la república lo hubiera mandado a la escuela". ¿Cuantas masacres se hubieran podido evitar si nos hubieran mandado a la escuela para no solo aprender a sumar y restar, sino también para aprender que perder la capacidad de aterrarnos no es un signo de fortaleza ante las adversidades, sino por el contrario, una forma de huir de una realidad de la cual somos parte? ¿Que hubiera pasado si nos hubieran enseñado lo que realmente significa ser ciudadano? Para pesar nuestro, quizás lo que pasa, como dice el protagonista del libro, es que tan solo "somos perros de nosotros mismos, madre, viva la peste".
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*Escribo "hemos dejado", y no "ha dejado", porque creo esta guerra no es solo de los que aprietan el gatillo, también es de los que creen que como se están haciendo las cosas es como deben ser y no hacen nada, y de los que creen que hay otras maneras pero no siempre hacen lo suficiente para ser escuchados y tomados en cuenta.
*Con las siglas N.N. se identifican a los muertos que no pueden ser identificados o no son reclamados por nadie. Son muertos anónimos.
5 comentarios:
No es la primera vez que pasa y lo peor de todo es que pareciera que ya ni siquiera fuera cuestión de aprender de los horrores presentes y pasados, de ser asi, nosotros como sociedad lo hubieramos aprendido hace años con la guerra entre liberales y conservadores. En lugar de eso nos armaron un "frente nacional" que mas que nada sirvió para repartirse el poder por mas años dando una sensación de paz y tranquilidad a la gente que finalmente era lo que el pueblo después de tanta muerte quería. Cuatro años pa' cada uno y todo como antes, no nos matamos los unos a los otros y además nos repartimos lo beneficios sin tener que ir por ahi descabezando a nadie (literalmente). Mi propia familia vivió los horrores de esa guerra, desplazados y perdidos en la grand ciudad. Mi abuela lo recordaba, mi abuela no podía perdonar el sufrimiento y el miedo que tuvo que pasar y yo me pregunto que hubiera podido hacer ella desde su condición de mujer analfabeta y con tres hijos pequeños para no permitir que esos horrores pasaran a su alrededor. Es lo mismo que sucede ahora, la verdad es que en Colombia la gran mayoría de la sociedad no tiene ningún poder de acción por la sencilla razón de que carecen de herramientas excepto la de alzarce en armas y revelarce (llámese revelarce contra el gobierno, contra la guerrilla o contra los paras). Que es lo que pasa con nuestra sociedad que no tenemos mas opciones? De verdad es que estamos en un letargo infinito como lo llamas? o es que la historia (que con tanta dedicación nos enseñan en el colegio... según mis libros de bachillerato el frente nacional fué algo asi como "el arca de la reconcialción") nos deja sin ningún antedecedente al que referirse (desde la independecia las luchas han sido manejadas siempre por la clase culta). Yo no dudo que en Colombia todos nos hemos dado cuenta y nos damos cuenta día a día de lo que pasa pero cuando me pongo a pensar en que puedo hacer, me doy cuenta ( y con mucha tristeza) de que no tengo casi ningún margen de acción, nuestra sociedad a diferencia de otras no favorece la organización de las personas, nos falta unirnos además de educarnos.
EL DOLOR Y SENTIMIENTO QUE MUESTRAS EN ESTE ANALISIS LOS ENTIMOS MUCHOS EN ESTE PAIS Y DEMUESTRA QUE NO SOMOS INSENSIBLES, PERO, ESTE PAIS HA SIDO ESTRUCTURADO DE TAL MANERA QUE SER CONTESTATARIO TIENE MUCHAS LIMITACIONES.PIENSO A VECES QUE ESTAMOS VIVIENDO COMO LOS PAISES NORDICOS EN ESA EPOCA, NUESTRA PROPIA EDAD MEDIA, Y QUE AL FINAL DE ELLA VISLUMBRAREMOS LA LUZ AL FINAL DEL TUNEL.A LA MAYORIA DE COLOMBIANOS NOS GUSTARIA HACER PARTE DE INSTRUMENTOS COLECTIVOS QUE NOS ACELEREN LA SALIDA DE ESTE INFIERNO.NO HAY DESAFORTUNAAMENTE UNA FORMULA VIABLE POR AHORA DE VENCER LA IMPOTENCIA PUES LA SEUDO DIRIGENCIA NUESTRA ES EXPERTA EN RECICLARSE PARA CONVIVIR CON CUALQUIERA. EXCELENTE ENTRADA COMO LA MAYORIA DE ESTE BLOG.FELICITACIONES.
A diferencia de la edad media en Europa, que no eran muy conscientes del mal que hacían (religión, estructura social y demás), creo que en nuestro caso es peor y con una salida muchisisisismo más compleja: nosotros somos conscientes de nuestro abismo, de nuestro letargo ante la realidad y eso me parece que es peor.
hace unos días asistí a un evento académico en donde se analizaban las situaciones de violencia. muy interesante, de verdad (cosa que es una sensación) y salí con el convencimiento de la importancia de esta actividad de interpretación abstracta.
luego, hace dos noches, me levanté en la madrugada aterrorizado por los potentes gritos de un hombre que pedía auxilio; a media cuadra sucedía un altercado, que para mi acabó con el silencio que prosiguió al momento en que aquel pudo salir del ante-jardín de la casa desde donde el otro implicado, acuciado por las vehementes y angustiosas palabras que una mujer le decía desde la ventana del segundo piso de la misma casa, volvía a entrar y, después de dudarlo un par de veces, cerrar la puerta de este lugar de donde, especulo, habían salido ambos.
todo esto lo presencié paralizado desde el anonimato de de mi segundo piso a oscuras, detrás de la ventana, la reja y la cortina.
luego mientras iba al baño, y a tomar un poco de agua, me hice consciente de que en ese momento tenía otra sensación, que en esos instantes, por minúsculo que el evento pareciera frente a otros, percibí ocupando eternamente toda mi existencia; una sensación que hace rato no tenía, la del horror.
en el evento académico hubo múltiples referencias a este tema de la violencia y el horror, más o menos distantes de la experiencia del dolor que hubiesen podido implicar algunas de las circunstancias descritas. este distanciamiento es quizás hasta cierto punto saludable, pero, en todo caso, parece también inevitable.
se me vienen a la mente un par de cosas, un manual de entrenamiento, tan macabro como el paralelo expuesto en esta entrada, de uno de los grupos a los cuales se hace referencia (valga anotar que me siento tan impedido a nombrar algunos actores, tal y como le sucede a aquellos que, en Harry Potter, se abstienen de nombrar a "ya sabes quien") y por otro lado, a como algunas personas, durante el relato de hechos que han padecido, se confunden o desbordan a tal punto que, por ejemplo, alguien no entiende cómo es que el hijo que le mataron murió hace años y no hace unos días, y que aquél otro que le torturaron hace poco, y cuyo asesinato provocó que escapara a donde está, ya no está vivo.
no quisiera experimentar tal forma o grado de dolor para entenderlo, eso aterra. tampoco me es indiferente, me impacta cuando lo siento cercano (y cercano se puede sentir hasta un dibujo) pero lo recreo, lo imagino.
y al menos en la comparación de mis dos eventos, pensarlo es completamente distinto a vivirlo. cosa que me animé a expresar, básicamente, porque me ha llevado a cuestionarme, nuevamente, a mi mismo (y esa cosa que pasa que uno no puede quedarse callado ehhhj).
ya en la cama de nuevo, esperando que la angustia que produjeron los gritos se la llevara en sueño (los gritos aún los recuerdo, el terror parece haberse desvanecido hasta cierto punto en el que, no obstante, me ha producido un leve temblor en las manos mientras escribo esto) escuché que un auto con sirenas se detenía en el lugar donde ocurrió el suceso. parece que alguien menos inmóvil que yo si le hizo caso a uno de los gritos del hombre que decía "¡auxilio! ¡policía! ¡me van a matar! ¡policía!", y llamó a la policía.
Pero la inmovilidad podría tener, digo yo, varias tensiones. Lo que me recuerda, a propósito de las sirenas, otro par de eventos, relacionados entre si, que sucedieron estos días:
http://diariosenpantaloneta.blogspot.com/2011/04/quien-lo-defiende-uno-de-la-policia.html?spref=tw
http://www.youtube.com/watch?v=fCtEhIuiWLo&feature=share
calorama...
es normal que el miedo paralice, incluso paralice nuestra voz y nos haga pensar que es mejor no llamar a la policia. La paradoja es que la estupefacción tiene el mismo efecto. Nos paraliza.
La realidad colombiana nos hace vivir con miedo y estupefactos ante la realidad y cuando esta reallidad llama a gritos a media noche, nos paralizamos aún más.
Un expresidente, creo, fue el que dijo que los colombianos somos los que vemos a un ladrón corriendo y decimos "cojanlo, conjanlo"... y cuando la policia lo atrapa, decimos "suentenlo, sueltenlo"...
en fin... c'est la vie
gracias, muchas gracias por tu compañia
omchamat
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