martes, octubre 03, 2006

TLC y otros "males" latinoamericanos...

Acabo de llegar de un viaje a la “nueva Europa”, la Europa que estaba al otro lado de la cortina de hierro. Estuve en Polonia en un congreso de los responsables de urbanismo de las ciudades más importantes de Europa con el fin de discutir temas como inmigración o el crecimiento del tráfico. Me llamó la atención que mientras se discutían estos temas, que pueden ser catalogados como “tradicionales” dentro del urbanismo, un tema central se dejo a un lado, quizás por considerarse demasiado abstracto o por ignorancia de los asistentes: la sociedad del conocimiento y la ciudad. Una sociedad que nace con el siglo XXI y que gira en torno a los bienes intangibles, a la producción de conocimiento y las patentes. En este escenario la ciudad deja de ser un espacio de intercambio de bienes físicos, y se convierte en un espacio de acumulación y distribución de conocimiento. El futuro de la ciudad en un mundo globalizado estará más cerca de parecerse a un inmenso disco duro, al que nos conectaremos –o desplazaremos, que es lo mismo- cada vez que necesitamos intercambiar información, y no a un inmenso mercado de bienes materiales. El mundo ya no gira en torno a los mercados, sino en torno a los centros de educación e investigación.

De la ciudad en donde se celebró el congreso me sorprendieron dos cosas, la primera, el estado de deterioro de la ciudad en su conjunto: fachadas deterioradas, andenes irregulares y un tranvía en condiciones lamentables. La segunda, la gran cantidad de proyectos de renovación urbana en cada barrio y una actitud abierta de los locales frente al extranjero reflejada en un alto nivel de inglés de los locales. Se podría pensar que el ser vecino de uno de los dos motores de Europa condicionaría el aprendizaje del alemán como un segundo idioma pero no había anuncios promocionando cursos para aprender francés o alemán. Todas las academias anunciaban el inglés como el idioma del futuro.

A partir de las conversaciones con los responsables de la ciudad pude percibir una actitud positiva y no autoflagelante frente a la oportunidad que representa su ingreso a la Unión Europea. En lugar de estar temerosos frente a los posibles riesgos en este ingreso, son concientes que las ventajas son mayores, y que para aprovechar las oportunidades, es necesario modernizar tanto sus infraestructuras físicas, como su sistema educativo, y esas son las líneas en las que están trabajando: remodelación de fachadas, construcción de bibliotecas, centros lúdicos, actualización de las universidades y centros intermedios, redes de transmisión de datos,…

A diferencia de mi país, Colombia, los polacos ven su ingreso a la UE como una gran oportunidad y concientes de sus debilidades, se están preparando para afrontar el reto. En Colombia, muchos nos echamos las manos a la cabeza cuando pensamos en el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Ponemos el grito en el cielo cuando se oye decir que los recursos naturales van a ser explotados y nos vamos a quedar sin nada; que los grandes gremios agrícolas como el del arroz, van a resultar los más perjudicados; que Colombia se va a llenar de “vacas viejas” como lo anunciaba en un titular un periódico. En conclusión, el TLC es un paso adelante hacía el apocalipsis. Sin embargo, no he visto que levantemos nuestras voces para expresar nuestra preocupación frente a la carencia de planificación en lo que realmente nos va a dar un sitio en la sociedad del conocimiento: la educación. Parece que nuestra miopía y un exacerbado patriotismo tan solo nos permite ver la inmensa riqueza de nuestro patrimonio natural, pero nos tapa una realidad: las materias primas y los recursos naturales en el mundo de hoy en día tienen un peso mínimo en la economía global. Quizás si pensamos que la mitad de la población conjunta de los 34 mayores exportadores de petróleo del mundo en vías de desarrollo vive en la pobreza absoluta (*), entenderíamos que los recursos naturales son "pan para hoy y hambre para mañana".

Latinoamérica está desapareciendo del mercado global y mientras tanto nosotros seguimos admirando la maravilla de nuestros paisajes, de nuestros recursos, pero no hacemos nada para estudiarlos, aprovecharlos y darles un valor añadido. Por supuesto que esos recursos naturales hay que cuidarlos, pero desgraciadamente no sabemos como hacerlo. Estamos defendiendo una economía que nos ha tenido en la cola de los niveles de desarrollo, mientras que muchos países ya se dieron cuenta que el más grande peligro que trae la globalización, es el no estar listos para aprovecharla y se preparan para ello.

(el periódico La Nación Latina publicó el 4 de Octubre esta nota en su sección de opinión)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Saludos,

Reciban la más cordial invitación a participar en el ForoTLC, un espacio libre para informarse, opinar y debatir sobre la aceptación o rechazo, en Costa Rica, del TLC con República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (CAFTA-DR).

El ForoTLC tiene la particularidad de estar exento de línea editorial, no se inclina ni a favor ni en contra, sino que se esfuerza por proveer un punto de encuentro para el sano debate y el intercambio respetuoso de ideas.

¡Pura Vida!

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